Crónica | Anónimos desde Montenegro y otras intrigas en la política de Ribadumia

Crónica | Anónimos desde Montenegro y otras intrigas en la política de Ribadumia
La Casa Consistorial de Ribadumia I DA

A veces estas cosas pasan. Lo de que lleguen anónimos a las redacciones. Los de índole política arrecian siempre cuando se ve el comienzo de la pista electoral. Esta semana ocurrió.


Un correo electrónico que se hace llamar “populares_de_ribadumia” indicaba un supuesto malestar de un supuesto grupo de militantes del PP local porque, supuestamente, el PP ronda al alcalde David Castro y a los Independientes para integrarlos en una única candidatura. La popular. Una maniobra que, de ser cierta, no sería descabellada. Como tampoco lo sería imaginarse que el PP pueda maniobrar en Meaño para intentar integrar, quién sabe, a los independientes de José Aspérez, quizás una de las fórmulas más atractivas para quien pretenda desinflar la candidatura del alcalde, Carlos Viéitez. Un político que hizo de una debilidad, su expulsión del PP, un bastión que parece complicado de derribar.


Pero esa no es la cosa ahora. La cosa es que, aunque ninguna de las dos posibles maniobras es descabellada, por ahora no pasan de eso. De supuestas.


El anónimo

No hace tanto que Somos Ribadumia la dio por hecha (la maniobra PP-IR en Ribadumia) y emitió un comunicado crítico con el posible movimiento político. Y en esas estábamos, cuando llegó el anónimo de esta semana. Lo de llamar supuesto al grupo de críticos del PP de Ribadumia casi parece obligado a la vista del resto de acontecimientos. Como que el mail de los “populares_de_ribadumia” llega desde una cuenta con dominio en Montenegro.


Que sí. Que tampoco es incomprensible imaginarse que un grupo de críticos se cubran las espaldas para no ser identificados por el aparato del partido. Pero es que, tal y como está la película, puede ser eso o cualquier otra cosa. Vean.


Los de Montenegro hablan de una carta de malestar enviada desde el seno de la militancia popular de Ribadumia al PP provincial, pero solicitada alguna copia sellada o algo que pueda probar su autenticidad, indican que ha sido enviada por correo postal sin certificar. Por supuesto, en el PP provincial dicen no haberla recibido.


También se intentó confirmar la identidad del remitente con el compromiso periodístico de no revelarla públicamente. Una práctica cotidiana, ya saben, por eso disparatado de saber si quien te habla es quien dice ser. Nada. El cruce de mails de la redacción con Montenegro pidiendo al menos un mínimo de certeza de con quién se está hablando no obtuvo más respuesta.


Fuentes del PP local y la militancia tampoco dicen conocer la movida.


El alcalde independiente responde que “a día de hoxe” (por el jueves) no hay contactos con el PP. Pero claro, también indica que “o que pase de aquí para diante” se verá, si bien serán “os independentes os que terán que tomar decisións”. “Presentarnos ás eleccións é un tema que teremos que analizar nos próximos meses”. Vamos, que, sean los del mail de Montenegro quienes dicen ser o no —no ha habido forma de saberlo—, todo parece abierto. Y posible. Es decir, como estaba antes del anónimo.


Por eso, todo esto hubiera quedado en una intrahistoria de redacción, un incorfimable más, de no ser porque ayer, Somos Ribadumia envió un comunicado público dando por hecho la existencia de ese supuesto grupo crítico en el PP: “Lamentable imaxe pública das loitas de poder entre IR e PP”, reza. “Unha ‘rebelión’ dentro da agrupación local do PP confirma todo o dito por Somos Ribadumia sobre as conversas entre David Castro e o PP a nivel autonómico”, añaden.


Hasta aquí los hechos. En todas estas intrigas hay una sola cosa clara: Que si IR y PP confluyen o si el divorcio conservador pervive en Ribadumia, se verá. Se imponga una vía u otra, no probará, eso sí, que el mail de Montenegro lo hayan escrito díscolos del PP de Ribadumia. Tal vez esa sea en verdad la autoría. O tal vez no. Pero bueno, hasta mayo de 2023 hay tiempo para más capítulos. 

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