El jurado delibera desde hoy sobre la culpabilidad del excontable del Pósito

El jurado delibera desde hoy sobre la culpabilidad del excontable del Pósito
El excontable, Fabricio Fernández, ante el tribunal durante una de las sesiones del juicio | pontevedra viva

El juicio por el desfalco en la Cofradía de Pescadores San Martiño de O Grove culminó ayer con la presentación de la últimas pruebas solicitadas por las partes y la prestación de los últimos testimonios. Así, el tribunal de la Audiencia de Pontevedra entregará hoy el objetivo de veredicto al jurado para que determine la culpabilidad del extesorero Fabricio Fernández, acusado de desfalcar 505.000 euros de las cuentas del Pósito y para el que el Fiscal solicita seis años de prisión y 15 de inhabilitación por un presunto delito de malversación de caudales públicos.

El jurado, conformado por tres mujeres y seis hombres, asistió ayer a la última sesión del juicio, que arrancó el pasado lunes y por el que pasaron una larga lista de testigos presentados por ambas partes. Ya el primer día declaró el propio acusado quien, como ya hizo en su día, reconoció haberse apropiado de una parte de dinero de la Cofradía que cifró en 190.000 euros, pero en ningún caso de los 505.000 euros que se le atribuyen. De hecho, insistió en hacerlo a través de entidades bancarias y negó haberse llevado dinero de la caja de la Pescadería y de la Cofradía.

La clave: una ludopatía

Una de las cuestiones fundamentales de su defensa pasa por demostrar que era víctima de los impulsos de una enfermedad de ludopatía que le llevaba a gastarse el dinero de manera convulsiva. De hecho, el propio Fernández manifestó: “Mi intención era recuperar el dinero, pero la bola se hizo cada vez más grande y me fue imposible, por eso opté por autodenunciarme”. Es más, afirmó que primero empezó jugando el dinero de su familia y de sus negocios. Por contra, para el abogado de la entidad, el excontable actuó “sibilinamente” y con una “ludopatía estratégica” para mantener su elevado nivel de vida. Una situación que corroboraron algunos excompañeros de Fernández, trabajadores de la Cofradía, que ante la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra pusieron de manifiesto cuestiones como que viajó al Caribe dos veces en apenas cuatro meses o que se desplazaba a Salamanca a comer un chuletón “porque le apetecía a su cuñado”, así como que compraba ropa cara. También prestaron declaración empleados del Casino de La Toja al que acudía, ya jubilados, y que indicaron que era de los “primeros” del día en aparecer por las instalaciones de juego, aunque desconocían las cantidades que llegaba a jugar por razones legales de protección de datos.

Otra de las cuestiones que se puso de manifiesto durante el juicio es que el sistema de control de la “caja azul” de la Cofradía, la que recauda las cuotas de los socios y las fianzas de los compradores, era durante 2009 “caótica” y “débil”, así la definieron tanto los consultores de SACE, la empresa consultora que auditaba sus cuentas, como el perito judicial, dejando en el aire unos 10.000 euros de desfalco atribuidos al extesorero por la acusación.

El jurado delibera desde hoy sobre la culpabilidad del excontable del Pósito

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