La lonja de Cambados sigue en los últimos años una tendencia positiva en cuanto a la valorización de sus productos. El número de kilos vendidos va en reducción sobre todo por una caída notable en el sector del cerco, pero a cambio la facturación sube gracias a recursos de mayor valor y recuperación de precios. De hecho, cerró 2021 con el precio medio más alto de la década –7,54 euros el kilo– y su mejor registra al alcanzar una facturación de 8.036.333 euros; una cifra ya alcanzada en 2016, pero en aquel momento se vendió un millón más de kilos de recursos.
Los datos de facturación ya de por sí son los mejores del último lustro. En 2017 alcanzó los 7,6 millones de euros, pero vendió 2,1 millones de kilos y la tendencia anterior venía siendo hacer cajas de entre 6,6 y 5,9 millones.
El patrón mayor, Ruperto Costa, destaca esta tendencia positiva dado que lo más relevante, señala, es obtener el mayor beneficio económico. De hecho, resta importancia a la reducción en la venta de kilos, aunque es la más baja de los últimos diez años: en 2021 se comercializaron 1.065.546 kilos frente a los 1.373.271 de 2012, o los de otros años, como en 2017, cuando llegó a la cifra récord de 2.197.188 kilos. Y lo ve así porque encuentra la explicación en una entrada cada vez menor de otras especies, especialmente de las procedentes del sector del cerco que aupaban de manera considerable el saldo total de kilos con especies como el jurel, la sardina o el cabalón, pero no de facturación. Una situación que vincula a factores diversos como “a falta dun relevo xeracional” en este arte.
Por contra, aumenta la presencia de otros recursos con más valor en el mercado como el chopo, la volandeira, qu “está recuperando prezos”, o la vieira, por nombrar algunos.
Valgan para ratificarlo cifras del año pasado como que se vendieron 150.483 kilos de cefalópodos con un valor total de 1,2 millones de euros frente a os 324.836 de pescados, con una caja de 748.314 euros.
También la caída brutal de especies tan populares como el xurelo. En el mejor año de ventas, el 2016, se subastaron 478.397 kilos y el año pasado la cifra fue de 56.687 kilos. La sardina en cambio sí notó una recuperación, pero aún así nunca fue de las principales especies al rondar los 100.000 kilos anuales, y en pocas ocasiones en la última década.
Ahora lo que necesita el sector son unas instalaciones acordes con la actividad. De hecho, la Cofradía San Antonio espera la pronta visita de técnicos redactores del proyecto para la ampliación y reforma de la lonja, que tiene 31 años de antigüedad y presenta serios problemas de espacio e incluso para el cumplimiento de la normativa sanitaria. El contrato es de Portos de Galicia y el Pósito ya tiene definido un boceto con sus demandas para que se tengan en cuenta.