Cerdán, Ábalos, Koldo...

Lo que pasa en España es de aurora boreal. Dos de estos tres personajes fueron secretarios de organización del Partido Socialista, el otro un fenómeno de la naturaleza. Todo indica que se montaron un negocio que iba bien, muy bien. Consistía en adjudicar obras públicas a empresas y cobrar comisiones por ello ¡qué podría fallar! Ábalos era ministro de transportes, Cerdán el jefe del PSOE y Koldo el cuarto pasajero. Juntos, con Pedro Sánchez recorrieron España para hacer a este secretario general de los socialistas en un Peugeot viejo y, durante muchos días, conversaron mientras el cuenta kilómetros avanzaba. No se sabe de qué hablaron, ni quién pagó aquel tour, pero lo cierto es que aquello fue la semilla de un próspero negocio.
Entre los tres no suman un título universitario superior, pero en sus manos iba a acabar el destino de España ¡ahí es nada! Y lo consiguieron, con Sánchez colocado en Ferraz se planeó la moción de censura que triunfó con la ayuda de PNV, separatistas catalanes y Bildu, entre otros y, ya con Sánchez en Moncloa… ¡el negocio estaba hecho! Pero claro, viendo el currículo de los “socios” algo podía fallar en cualquier momento y falló. Se apoyaron en un tal Aldama, un “empresario” con buenos contactos en Venezuela y capaz de conseguir mascarillas en plena pandemia ¡otro negocio! Y la maquinaria de hacer dinero se puso en marcha.
Aldama fue menospreciado y lo llegaron a llamar, desde las filas socialistas, un “pequeño Nicolás”, pero les salió rana y en cuanto sus movimientos fueron detectados cantó la Traviata y amenazó al propio Sánchez con aquello de que “ si quiere pruebas, las tendrá” y parece ser que pruebas había porque desde esta amenaza y su puesta en libertad, Aldama la lio parda y hoy, el gobierno de España está colgando de un hilo de la mano de intensos informes de la UCO que los retrata dejando poco lugar a las dudas: eran un clan organizado jerárquicamente para delinquir y forrarse. Koldo, que cuenta con su currículo con servicios en “puticlubs” facilitaba, además, meretrices garantizadas a Ábalos, gente con clase sin duda. Ahora Cerdán está en prisión, una ironía, teniendo en cuenta que él fue quien negoció la libertad para los golpistas catalanes, hoy los golpistas están en la calle y su liberador en la cárcel. Los tres tienen un problema y Sánchez otro. Sin el PSOE de por medio, nada de lo que hicieron hubieran podido hacerlo y la sombra de la sospecha apunta a una posible financiación irregular de los socialistas.
Los tres se miran ahora de reojo porque temen que uno de los otros pacte de primero con fiscalía para obtener beneficios en su más que probable condena, Ábalos ya empieza a cantar a través de un digital, pero va poquito a poco esperando la reacción de sus socios y en Ferraz y en Moncloa se muerden las uñas a la espera del titular del día siguiente, un sinvivir casi insoportable pero que Sánchez intenta aguantar con su “manual de resistencia” bajo el brazo. Su gobierno no corre peligro porque sus apoyos lo mantienen mientras lo chantajean y todos ellos prefieren un gobierno de izquierdas que robe que la alternativa y su cobardía es tal que no quieren poner las urnas para que hable el pueblo, un claro ejemplo del desastre que les espera las próximas elecciones. Con la “marca España” por los suelos ocupando portadas de toda la prensa mundial, los ministros miran para otro lado mientras proclaman que estos tipos nada tienen que ver con el PSOE, un insulto a la inteligencia de todos los españoles.

Cerdán, Ábalos, Koldo...

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