No sé si a estas alturas todavía hay que explicar que en el fútbol el control del balón nada tiene que ver con el control del partido. Pero si hubiese que explicarlo, el partido entre España y Marruecos es un claro ejemplo. España tuvo el control del balón, eso es innegable, ahora bien, el control del partido lo tuvo en todo momento Marruecos. Defendió como tenía pensado con éxito (España solo finalizó dos veces) y atacó también como tenía pensado generando situaciones de gol, aunque sin éxito en la finalización. Se jugó el partido que quería Marruecos.
Como dice el propio Luis Enrique, si le compras, le compras el pack completo. Luego no vayamos con quejas y con devoluciones. Este es el mismo equipo que goleó a Costa Rica, el mismo entrenador, el mismo modelo de juego, los mismos jugadores. El mismo pack. Equipo de autor (llegué a escuchar y leer).
No seré tan atrevido siendo entrenador para juzgar a Luis Enrique sobre sus decisiones, faltaría más. Él es el que decide, con sus ideas, con su modelo de juego, con los recursos que tiene y con sus conocimientos. Opinar, que es lo que hace todo el mundo, en muchos casos sin ni siquiera conocimientos, es muy fácil. Tomar decisiones es más difícil porque, además, tomar esas decisiones lleva implícito equivocarse y tener que asumir las consecuencias.
Ahora bien, si hablamos de juego, es evidente que España -tanto como contra Japón como contra Marruecos-tuvo un problema de profundidad ofensiva. Una falta de recursos para poder atacar ese tipo de defensas en bloque bajo. Pero lo más preocupante no es que no tengamos esos recursos, si no la sensación de que no es algo en lo que el seleccionador crea o esté dispuesto a utilizar (el perfil de los convocados ya da una idea).
El entrenador cree en una forma de atacar en el último tercio del campo en el que solo se pueden utilizar ciertos comportamientos y parece que incluso otros estuviesen prohibidos (atacar espalda de última línea, centros desde zonas intermedias…), llegando incluso a convertir situaciones ofensivas de balón parado en reinicios de ataque posicional (solo sacamos directo al área situaciones de balón parado en la prorroga), renunciando a situaciones distintas de área con esas situaciones de balón parado (cuando de la forma habitual no estábamos teniendo éxito).
El partido contra Japón fue una lección para tomar notas, pero da la sensación que la lección solo la aprendieron Croacia y Marruecos, a España ni le fue bien ese día ni aprendió la lección. Croacia, en el partido contra Japón,sabía que no podía cometer los mismos errores de España y decidió desde el principio que iba a intentar generar situaciones de área, porque jugar por dentro era imposible y porque la poca estatura de los japoneses y la debilidad defensiva auguraban éxito (como así fue).
Marruecos aprendió la lección de Japón para saber que ese bloque bajo y con muchas ayudas le acercaría al éxito contra España (como así fue). ¿Y nosotros? Pues volvimos a intentar hacer lo mismo y volvimos a caer en la trampa.
Creo que no hay que confundirse tampoco. España está lejos de las selecciones de primer nivel. Tenemos talento joven y atrevimiento, todavía con mucho que pulir, y aun así no olvidemos que esta selección viene de buenas actuaciones en recientes torneos y que nos quedamos fuera en una tanda de penaltis, que, por cierto, todavía hay gente que sigue diciendo que es una lotería. Igual que hay buenos defensas o buenos cabeceadores, hay buenos lanzadores de penaltis. Pero igual que en todo el juego, hay dos factores importantes que también cuentan, el rival y el acierto. La delgada línea entre ganar y perder.
El futuro de la selección pasa por saber que queremos, si queremos dar continuidad al modelo de juego y a esta nueva generación, seguramente lo mejor sea la continuidad de Luis Enrique, el pack completo. Para mí el mayor problema es no evolucionar: él cree en su modelo, pero no lo evoluciona. El entrenador que mejor dominó el juego posicional fue Pep Guardiola, pero sigue siendo uno de los mejores entrenadores porque evolucionó, en su modelo, en lo que le requerían sus equipos con jugadores distintos y con lo que le exigían los rivales. Si Luis Enrique está dispuesto a evolucionar, para midebería seguir siendo el líder de este equipo. Si no, pues a otra cosa. Pero esa otra cosa habrá que comprarla también con el pack completo, luego no os quejéis de que “no jugamos bonito” (que os veo venir).