Nada nuevo bajo el sol. Este modus operandi fue la tónica general de los partidos. Los partidos heredan la ideología de sus fundadores. Los dos grandes partidos fueron fundados por dos gallegos, el PSOE por Pablo Iglesias Posse, y el PP por Manuel Fraga Iribarne. El PSOE es de izquierdas y el PP de derechas. El PSOE perdió algunas  señas de identidad con los renovadores  en Suresnes. Mientras el PP fue fiel al ideario de sus fundadores por exministros franquistas.      

Los partidos fichan afiliados en la sociedad aunque no tengan su ideología. Últimamente los partidos se parecen más a oficinas de colocación que organizaciones sociales. Luego los educan ideológicamente, más que educación cívica y defensa del interés general. Un pequeño grupo de personas dirigen los partidos y así pasa lo que tenía que pasar. No es bueno para la democracia que unos cuantos personajes se adueñen del partido como si fuera su propiedad privada, triturando a gente honestas que no están de acuerdo con la corrupción. Se de qué va porque fui suspendido dos años de militancia del PSOE por no aceptar una propuesta corrupta del número dos del partido, y tengo pruebas que lo acreditan. Los partidos escenifican que son democráticos, pero no lo son tal como dice el Art. 6 de Constitución. Por eso tanto el PSOE como el PP no van acabar la corrupción como acabamos de comprobar con el caso Koldo y Aldama, ambos condecorados por la Guardia Civil con distintivo blanco, fichados por Cerdán para arruinar la imagen del del gobierno de coalición, el más progresista de la historia de la reciente democracia.

Este grupo de amigos que se graban entre sí demuestran su catadura de estos elementos. Los condecorados Koldo y Aldama, colaboradores de la Guardia Civil, hicieron bien su trabajo. Cuatro gandules pueden arruinar un proyecto de país y el trabajo de millones de personas. Los partidos presumen de ser muy democráticos de cara a la galería, pero por dentro tienen una Comisión de Conflictos, que bien se puede llamar comisión de inquisición  para depurar al que critica malas prácticas.

Los partidos son un instrumento imprescindibles para la participación democrática, único sistema que resuelve los conflictos sin romper la baraja y facilita la convivencia.

Los partidos son del pueblo que delega su voto para que administren con eficacia y honestidad nuestros impuestos. Los corruptos tienen mucha empatía y se cuelan en los partidos con mucha facilidad. El PSOE con más 140 años fundado por el gallego Pablo Iglesias de familiar muy pobre. Su madre tuvo que ingresar a sus hijos en el hospicio donde aprendió el oficio de cajista de imprenta. Fundó el PSOE y UGT. Cuando alcanzó poder vivió y murió como empezó sin patrimonio dejando 1.000 pesetas  en la mesilla de noche para el periódico El Socialista del que fue director. Parte de las nuevas generaciones no tienen idea de quien era Pablo Iglesias, ni tomaron  ejemplo de su trayectoria y honestidad. Más bien se aprovechan de las mieles del partido que el creó. El abuelo Pablo como le llamaban, ya advirtió: “Hay que vigilar que los canallas no entren en el partido”. Las campañas electorales del PSOE en el pasado se basaron en los 100 años de honestidad. Pero en estos 40 años de democracia se perdieron muchas plumas por el camino y se aplicó el refrán de “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”

Se da el caso de que estos personajes como Koldo, Abalos y Cerdán creyeron que el PSOE era de su propiedad. Personas que no tienen más valores que su ombligo. Treparon  y empatizaron  y tuvieron  poder que mal administraron y perdieron una buena historia y prestigio.