Movilidad sí, pero para todos

Allá por octubre del año pasado, una persona me paró por la calle preguntándome cuándo tenía pensado el Concello reubicar las plazas de aparcamiento para minusválidos que se perdieron en Arzobispo Lago y junto a la Plaza de la Pescadería. Me decía que le resulta imposible ir a muchos sitios que para el resto son cercanos, mientras que para ella se convierte en un imposible. Presenté un escrito y al mes siguiente me dijeron que lo harían. Pero desde entonces lo único que ha pasado es el tiempo y este problema, como cada día más problemas, sigue sin resolverse todavía. ¡Y eso que solo es pintar tres líneas en el suelo!

Se trata de un ejemplo que traigo a colación porque demuestra dos cosas en mi opinión muy graves. Por un lado, la total y absoluta desidia que muestra el Gobierno local a la hora de resolver los problemas más básicos de Vilagarcía. Y por otro, una monumental incoherencia respecto a su discurso supuestamente a favor de la movilidad. Una movilidad que, en realidad, tal y como la están planteando, excluye y complica más de lo que beneficia.


Porque la concejala de Urbanismo y Movilidad habla mucho de que usar el coche está mal y que no hay por qué aparcar en el centro cuando, según ella, sobran aparcamientos en las afueras. Pero... ¿Dónde quedan las personas con movilidad reducida dentro de estos planes? ¿Qué alternativas ofrece la concejala a todas esas personas que dependen de un vehículo para poder desplazarse y que necesitan aparcar lo más céntrico posible?


Fomentar la movilidad no es en ningún caso eliminar plazas de aparcamiento para minusválidos en la Avenida de la Marina para pintar un “comecocos”, como tampoco lo es eliminarlas en la calle Arzobispo Lago para seguir dando rienda suelta a esa fantasía de fuentes y hormigón a la que tristemente los vilagarcianos nos hemos acostumbrado en los últimos siete años. Fomentar de verdad la movilidad consiste en que las personas con dificultades y toda la ciudadanía en su conjunto, elijamos el medio de transporte que elijamos, podamos desplazarnos con la misma facilidad por todas las calles de Vilagarcía. Es decir, incluir a todos y no excluir a nadie.


La movilidad tampoco se reduce a pintar unas líneas de aparcamiento sobre el asfalto, sino que va mucho 

más allá y pasa por eliminar todas esas barreras arquitectónicas que hacen de nuestras calles un laberinto, tanto para las personas con movilidad reducida como para aquellas con problemas de visión. Lo pedimos a través de una moción hace justo dos años y, como siempre, seguimos a la espera. Con el agravante de que a todas las barreras que entonces denunciábamos (desniveles, baldosas sueltas, maceteros...) se le ha unido ahora la creciente plaga de vallas que se han convertido ya en especie autóctona de nuestras calles.


Es imposible terminar esta pequeña reflexión sobre la movilidad sin mencionar el caos de tráfico generado esta semana a raíz del cierre de la calle Alejandro Cerecedo. Fue simplemente la crónica de un caos anunciado. Porque con este Gobierno local es siempre lo mismo: avisas y pides, pero nunca hacen caso y al final el tiempo acaba demostrando su equivocación. Fue un error cerrar esta calle, fue un error meter tráfico por Alexandre Bóveda los días de mercadillo y es un error seguir aplicando una política de movilidad que está dejando a mucha gente atrás. En definitiva: movilidad sí, pero para todos.


Ana Granja Guillán - Portavoz del Partido Popular de Vilagarcía

Movilidad sí, pero para todos

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