La sequía lleva a Doñana a los números más bajos de aves acuáticas de los últimos 40 años

La sequía lleva a Doñana a los números más bajos de aves acuáticas de los últimos 40 años
Marisma grande de El Rocío encharcada en enero de 2022 (arriba); abajo, la marisma a finales de junio de 2022.

La Infraestructura Científica Técnica Singular - Reserva Biológica de Doñana (ICTS-RBD), que gestiona la Estación Biológica de Doñana, ha presentado este martes los resultados del Programa de Seguimiento de Procesos Naturales en el Espacio Natural de Doñana durante los últimos tres años, un documento que recoge datos científicos sobre el estado de conservación de Doñana y que en esta ocasión advierte de que la sequía ha llevado al entorno a tener "los números más bajos de aves acuáticas de los últimos 40 años".

 

Es el principal aviso que se desprende de este programa, que permite detectar cambios en los ecosistemas, tales como la aparición de especies invasoras, el estado de conservación de especies amenazadas o de los propios humedales, ha recordado en un comunicado CSIC.

Asimismo, el Programa contempla varios ámbitos que abarcan desde una monitorización del medio físico y estado hídrico de Doñana, hasta una estimación del estado de conservación de los principales hábitats y, por supuesto, el seguimiento de especies y poblaciones.

 

Con este contexto, se ha apuntado que Doñana se encuentra en un clima mediterráneo, con otoños e inviernos templados y lluviosos, veranos calurosos y secos, y sin embargo durante los últimos años se han registrado niveles de precipitación por debajo de la media. El año hidrológico actual está encaminado a ser uno de los más secos de toda la serie histórica, la cual abarca casi 50 años de registros y ya en el caso de la temperatura media, los últimos años han estado ligeramente por encima de la media de referencia.

 

En cuanto al seguimiento de especies y poblaciones, el programa contiene una parte importante dedicada a aves acuáticas, emblemáticas en Doñana, pero también a flora, reptiles, anfibios, mamíferos y diversas especies de invertebrados.

 

LA CIFRA DE AVES ACUÁTICAS MÁS BAJA DE LOS ÚLTIMOS 40 AÑOS

En los datos obtenidos en los últimos años, los expertos destacan las cifras obtenidas en el censo de aéreo de aves acuáticas, una de las actuaciones de monitoreo más antiguas del programa, gracias al cual se pueden obtener datos comparables entre años del tamaño de las poblaciones acuáticas del Espacio Natural de Doñana, así como su distribución y evolución en el tiempo para detectar amenazas y poder proponer mejoras de uso y gestión que permitan su conservación.

 

Dentro de esta serie, las cifras obtenidas en este año 2022 "han resultado ser una de las más bajas de toda la serie histórica, que comprende casi 50 años, debido especialmente a la gravísima escasez de lluvias que ha afectado a Doñana este invierno", han remarcado. Al respecto, han enfatizado que las cifras totales alcanzaron apenas 87.500 individuos censados, muy lejos de los algo más de 470.000 del año pasado.

 

Dentro del Programa de Seguimiento, también se vienen realizando censos terrestres de aves desde los años 80, así como un control de su reproducción, que, aunque comenzó en los inicios del Parque Nacional de Doñana, no se ha a realizado de forma sistemática hasta principios de este siglo. En este caso, las condiciones hídricas de la marisma presentan una gran influencia sobre la reproducción de las aves. "Especialmente importante es el seguimiento de especies amenazadas, como la cerceta pardilla o la malvasía cabeciblanca", han apuntado.

 

La primera muestra un descenso moderado desde el pico alcanzado en 2011. La segunda, aunque mostraba una tendencia al alza desde 2004, en los dos últimos años ha mostrado un descenso brusco. "De hecho, en 2021 es el primer año que no se detecta cría desde el año 2004 cuando comenzó la serie histórica", han subrayado.

 

La ICTS-RBD también realiza un muestreo de anillamiento de aves migrantes con esfuerzo constante en el área de Manecorro dentro del Parque Nacional de Doñana. Hasta 2021, se han realizado un total de casi 89.000 capturas de 135 especies diferentes. Entre ellas, algunas de las más abundantes en la estación son el petirrojo europeo, la curruca capirotada y el mosquitero común, las tres especies de migrantes pre-saharianos.

 

En el caso de los dos primeros, se ha detectado un descenso moderado en los últimos años mientras que el último presenta una tendencia estable. En cuanto a las migrantes transaharianas más abundantes, como la curruca mosquitera, el papamoscas cerrojillo y el mosquitero musical, presentan también una tendencia moderada descendente.

 

LA "MALA SITUACIÓN" DEL CONEJO

Los mamíferos también cuentan con actuaciones de seguimiento específicos. Desde 2005, se censan jabalíes y ciervos, así como conejos y liebres. El conejo presenta unas abundancias muy bajas en los últimos 10 años debido a la combinación del efecto de las dos enfermedades que le afectan y al impacto del cambio climático sobre su capacidad de reproducción.

 

En cuanto a las poblaciones de carnívoros, cabe destacar que las siete especies que habitan con más frecuencia en Doñana (zorro, meloncillo, tejón, lince, gato montés/doméstico, gineta y nutria) muestran amplias fluctuaciones de un año a otro teniendo en general un buen estado de conservación. El zorro es el más abundante, seguido del tejón y el meloncillo, que presentan abundancias similares, algo menor a la del primero.

 

En cuanto a los reptiles, se monitorean las dos especies de galápagos nativas de Doñana, el galápago leproso y el galápago europeo, que desde el 2008 muestran una disminución en su abundancia relativa y un aumento de la proporción de localidades donde están ausentes.

 

Además, se enfrentan a la competencia del galápago de Florida, una especie exótica que está siendo objeto de acciones de control para su erradicación desde principios de los años 2000. Además, Doñana alberga una de las dos únicas poblaciones de tortuga mora de la España peninsular, la cual se considera críticamente amenazada. Los datos obtenidos durante los últimos años han detectado un gran número de nuevos individuos.

 

Importante también es el seguimiento de reptiles terrestres, como el endemismo ibérico conocido como lagartija de Carbonell y el lagarto ocelado, común en Doñana durante gran parte del siglo XX y que ha experimentado un fuerte declive coincidente con el del conejo y de la que su población aún no se ha recuperado.

 

Por otra parte, otras especies a destacar serían la lagartija colilarga y la lagartija colirroja, con descenso moderado en los últimos años. Los anfibios que se encuentran en Doñana dependen íntegramente del agua para su reproducción y desarrollo larvario que, según la especie, tiene lugar en cuerpos de agua permanentes o temporales.

 

La cantidad de precipitaciones está correlacionada con el número de especies detectado en muestreos. Así, los años 2005, 2012 y 2014 fueron años especialmente secos observándose una disminución en sus poblaciones. El número de especies que se encuentran en la marisma es menor al de las lagunas y zacallones presentes en arenas. Los anfibios se ven por tanto afectados negativamente por las condiciones de escasez de agua.

 

En cuanto a los invertebrados, una de las actuaciones que se lleva a cabo es el seguimiento de mariposas diurnas. La Cyaniris semiargus, aunque más propia de latitudes más septentrionales, es capaz de sobrevivir en Doñana debido a la humedad proporcionada por el acuífero de Doñana, dependiendo de la planta Armeria velutina, de la que se alimentan sus larvas.

 

ACTUACIONES PARA FRENAR ESPECIES INVASORAS

El programa de seguimiento también cuenta con acciones específicas para localizar y observar la evolución de especies invasoras. Como actuación para controlar la invasión de la hormiga argentina dentro del programa se incluye el seguimiento de hormigas en alcornoques. Se ha detectado un avance de la especie hacia el norte.

 

El pez gato mantiene tendencia al alza y se distribuye principalmente en los sistemas de aguas permanentes. Respecto a la vinagrera, presenta una evolución en los últimos años tendente a la baja.  

La sequía lleva a Doñana a los números más bajos de aves acuáticas de los últimos 40 años

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