El proyecto del gobierno alemán para recuperar el servicio militar, inicialmente a partir de voluntarios, está lejos de la posición del Ejecutivo español, que ha descartado tajantemente que pudiera volver la 'mili' ante una posible extensión de la amenaza rusa y, de momento, tampoco es objeto de debate en la sociedad española.
El Gobierno apoya el actual modelo militar basado en unas Fuerzas Armadas profesionales, según ha asegurado este mismo jueves la ministra de Defensa, Margarita Robles, desde Berlín tras reunirse precisamente con su homólogo alemán, Boris Pistorius: "cada país tiene su modelo".
Y España "tiene unas Fuerzas Armadas profesionales, comprometidas en misiones internacionales y en lucha contra incendios. Lo que nosotros hacemos es apoyar el modelo que tenemos en este momento", ha dicho Robles.
Reitera así el mensaje que ya lanzó hace más de un año en el Congreso: "No va a haber servicio militar en España, en absoluto, ni creo que se le haya pasado por la cabeza a nadie", dijo Robles en marzo de 2024 ante la posibilidad de que la amenaza rusa a Ucrania se extendiera a otros países europeos.
Prueba de que el servicio militar estaba alejado de las preocupaciones de la sociedad española está el hecho de que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no realiza encuestas sobre este asunto desde 2017, año en el que casi el 75 por ciento de la población consideró "nada probable" que en los próximos tres años se planteara la posibilidad de hacerse reservista voluntario.
Las circunstancias mundiales han cambiado desde entonces y el clima bélico se ha incrementado notablemente, algo que ha llevado al Consejo de Ministros alemán a aprobar un proyecto que sienta las bases para aumentar el reclutamiento, inicialmente a partir de la voluntariedad, con el propósito de llegar a tener en torno a 260.000 soldados activos, cerca de 80.000 más que actualmente, y además aumentar el número de reservistas hasta los 200.000.
A partir de 2026 se reintroducirá un registro obligatorio en Alemania para determinar qué personas están en edad y en condiciones de prestar el servicio y en caso de que la voluntariedad no alcance, se plantea acudir al servicio militar obligatorio, suspendido en 2011.
En España se había eliminado el servicio militar mucho antes: el Gobierno de José María Aznar aprobó el 9 de marzo de 2001 el decreto que suspendía la mili a partir de diciembre de ese año.
Sin embargo, también hay algunas encuestas que sí apuntan en la dirección adoptada por Alemania: El País reflejaba el pasado mes de marzo unas consultas realizadas por YouGov en España, Francia, Italia, Alemania y el Reino Unido en las que se cifraba en un 42 por ciento a los españoles que apoyarían un servicio militar obligatorio.
En esta encuesta, los franceses y los alemanes eran los más partidarios de la idea de recuperar la 'mili', con un 68 % y un 58 % a favor, respectivamente. Y aunque la sociedad española es la única que se opone a su vuelta, lo hace por escaso margen: un 42 % apoyaría la medida, frente al 53 % que se mantiene en contra.
Otra encuesta, del Instituto DYM para 20minutos publicada también el pasado mes de marzo, aseguraba que tres de cada diez españoles están a favor de recuperar el servicio militar obligatorio en España.
Y si el 31,7 % de estos encuestados se mostraban partidarios de reinstaurar la mili en España, subía hasta casi el 40 % los que estaban a favor de que todos los españoles reciban una formación militar básica.
Cifras que están apartadas de los datos de la última encuesta del CIS de 2017, cuando solo era el 39 por ciento los españoles que -con toda seguridad (17,1 %) o probablemente (21,9 %)- estarían dispuestos a participar voluntariamente en la defensa del país en el supuesto de que España fuera atacada militarmente, frente a casi el 55 por ciento que no lo harían.
Entonces, el 38 por ciento creían adecuado el volumen de tropas de las Fuerzas Armadas españolas; era excesivo para el 11,2 por ciento e insuficiente para el 18,2.
Y el 60 por ciento era tajante sobre un futuro personal en el Ejército y decía que nunca se plantearía la posibilidad, cifra que subía hasta el 75 por ciento al descartar absolutamente ser reservista voluntario.
En noviembre de este año se cumple precisamente un cuarto de siglo del último sorteo de quintos de la historia de España, al que siguió el 9 de marzo de 2001 el decreto que suspendía la mili a partir de diciembre de ese año.
Se acababa así con tres décadas de combate antimilitarista de objetores de conciencia e insumisos, que llevó a cientos de ellos a la cárcel.