Morriña de desembarco en Catoira y mucha alma vikinga

Morriña de desembarco en Catoira  y mucha alma vikinga
Tonhito de Poi protagonizó el espectáculo musical del día grande de la Vikinga | gonzalo salgado

Nunca las Torres do Oeste vivieron un primer domingo de agosto tan tranquilo. Ni los gritos de los vikingos ni el rugir de aquellso que siempre interpretan la defensa de su tierra se dejaron ver en Catoira ayer. El desembarco lo frenó el coronavirus, no los catoirenses en este caso, pero el alma normanda y de defensa de la historia local se dejó ver igualmente ayer en el modesto acto organizado por el Concello. No hubo desembarco, ni romería propiamente dicha, pero el arousano Tonhito de Poi se vistó con sus cuernos para deleitar a los presentes con su último espectáculo. No fue el único. Los catoirenses no estaban dispuestos a dejarse el traje de vikingo con el que cada agosto salen al Ulla en el armario. Lo sacaron todos, incluso el concejal de Cultura Dani Touriño y los miembros de la Banda Municipal de Música, que quisieron rendir así su particular homenaje a la que es la primera fiesta arousana con el distintivo de Interés Turístico Internacional. El público, mucho menor que el de otros años en ese mismo escenario y con un fervor contenido. Los actos fueron seguidos por los catoirenses desde sus casas, dado que el Concello los retransmitió en streaming para todos aquellos que optaron por no acercarse a las Torres en un verano tan particular. Las ganas de Romería siguen ahí, hasta que el coronavirus permita volver a recrear la historia.

Morriña de desembarco en Catoira y mucha alma vikinga

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