En un verano marcado por olas de calor sofocantes en buena parte de Galicia, y en particular en Arousa, el turismo termal sigue siendo una opción para muchos turistas nacionales.
Lejos de lo que podría parecer, el termalismo no se resiente en verano. De hecho, los núcleos termales de Cuntis y Caldas de Reis confirman estar rozando el lleno absoluto, tanto en programas de termalismo social como en turismo de bienestar.
Precisamente en Cuntis, uno de los epicentros del termalismo en Galicia, las altas temperaturas no han provocado cancelaciones ni afectado al ritmo habitual de funcionamiento. Desde el balneario Termas de Cuntis, aseguran que el verano avanza con total normalidad a pesar del calor. “Prácticamente estamos al 100% y trabajando con normalidad. Lo que se nota es que viene más gente de otras comunidades autónomas, como por ejemplo Andalucía, donde sí hace más calor, y deciden venir aquí al norte”, explican.
Este fenómeno confirma una tendencia creciente, y es que el termalismo continúa siendo una opción turística frente al calor extremo de los meses de verano.
Aunque una buena parte de la demanda proviene del Imserso , a estos también se suman familias y viajeros que buscan no solo salud y relajación, sino también un turismo autonómico en un entorno privilegiado: “Vienen porque aprovechan también para hacer más turismo”, señalan desde Cuntis.
“La temperatura puede ser de 35 grados, pero la piscina está a 30 y todos dicen que se está mejor dentro que fuera”
Por su parte, en el balneario Acuña, en Caldas de Reis, se observa un fenómeno similar. Solo en esta semana la ocupación ronda el 95%, además también explican que allí, reciben no solo un amplio grupo de visitantes de la comarca, sino también peregrinos que, tras muchas etapas en sus piernas, buscan precisamente relajarse o incluso recurrir a tratamientos para piernas cansadas antes de continuar su marcha a Santiago.
También desde Caldas explican que aunque de primeras las reservan en agosto estarían en la mitad de su capacidad, son conscientes de que “en este mes funcionamos al día y al final llenamos prácticamente todos los días”, indican desde Relais Termal. Aunque también reconocen que en los últimos años y con un aumento claro de las temperaturas en los veranos arousanos, algunos visitantes del sur parece que han comenzado a desplazarse en septiembre, en busca de temperaturas más suaves. “Antes aquí las temperaturas eran mucho más bajas. Mucha gente que venía del sur en julio o agosto ahora vienen a partir de septiembre porque buscan el fresquito típico de la zona”.
Con todo, y aunque la climatología extrema podría invitar a cambios en los hábitos de consumo o en la programación, los balnearios insisten en que el modelo se mantiene estable: “El programa de termalismo no cambia en verano, es siempre lo mismo. Lo que sí varían un poco son las actividades de animación y excursiones”, explican desde Cuntis.
Así, los visitantes no solo disfrutan de tratamientos terapéuticos, sino también de actividades socioculturales, e incluso excursiones a puntos cercanos como O Grove o las playas de la ría. Así, la oferta se adapta para potenciar la experiencia estival sin romper el equilibrio de la programación anual.
El termalismo en verano también tiene una ventaja inesperada y es que parece que el contraste térmico entre el exterior y el agua de las piscinas podría no ser tan negativo. Desde el Balneario Acuña explican que incluso con 35 grados -como se vive esta misma semana- las piscinas termales, que se mantiene a unos 30 grados, resultan más agradables que el exterior. “Aunque sea agua caliente, la sensación corporal es muchísimo mejor que estar fuera”, señalan.
Así, lejos de lo que pudiera parecer, el aumento de temperaturas no parece afectar al turismo termal. El verano ya no es solo para la playa. El termalismo gana peso como una alternativa más saludable, tranquila y aceptable también bajo un sol de 35 grados.