10º-22º
martes | 23 abril | 2024
El jurado popular del triple crimen de Valga considera que José Luis Abet tenía “desprecio” hacia su expareja, Sandra Boquete, por su condición de mujer y que decidió matarla como “acto de dominación”. Así lo recoge en el veredicto por unanimidad. Menos contundente fue el jurado a la hora de considerar que el desprecio hacia las otras dos víctimas, Alba Boquete y Elena Jamardo, excuñada y exsuegra, respectivamente, se debía también a su condición de mujeres. En cualquier caso, fue la postura mayoritaria, con ocho votos a favor, y se recoge también en el veredicto que fue leído, a última hora del martes, en la Audiencia de Pontevedra. Un texto que tiene en cuenta el agravante de género que pedía el abogado de Amigos de Galicia, Francisco Lago, contemplado en el artículo 22.4 del Código Penal.
El tribunal declaró culpable a José Luis Abet por los crímenes de su exesposa, Sandra Boquete, su excuñada Alba y su exsuegra, María Elena Jamardo, en septiembre de 2019.
Los miembros del tribunal jurado fueron unánimes a la hora de considerar a Abet culpable de las tres muertes, de tenencia ilícita de armas y de causar daños psíquicos a menores, ya que todo sucedió delante de los hijos que tuvo junto a Sandra Boquete. Entre los hechos que el veredicto considera no probados, también por unanimidad, se encuentra que Abet estuviese alterado psíquicamente en el momento de los hechos
El jurado popular no se mostró favorable a un indulto ni a la medida de suspensión de pena, según dejó reflejado en las conclusiones que se leyeron hace escasos minutos en audiencia pública.
La acusación fue ejercida por el fiscal, por Lago en representación de Amigos de Galicia y Manuel Martín en representación de los familiares de las víctimas. Los letrados mostraron su satisfacción con el veredicto. “Ha quedado acreditado que Abet cometió los hechos siendo consciente de lo que estaba haciendo”, dice Martín. Todas las acusaciones reclaman la prisión permanente revisable y dos condenas a mayores por asesinato, propuesta de Francisco Lago a la que el resto se adhirieron.
