Arousa comienza a recuperarse de forma paulatina de un apagón que provocó numerosas incidencias, aunque ninguna que se sepa de carácter grave, disparó las llamadas al 112 y a las Policías y provocó cuantiosas pérdidas económicas todavía por determinar, paralizando casi por completo la actividad.
A estas horas de la mañana, la vista está puesta en los colegios, que abren para acoger a los niños y jóvenes, por orden del Gobierno del Estado y tras recibir, hace escasos minutos, una directriz de la Xunta de Galicia. Sin embargo, no habrá actividad.
El apagón que se registró en la Península convirtió en un pequeño caos las primeras horas del lunes en Vilagarcía, con gente intentando comunicarse, múltiples llamadas a la Policía Local y un susto en la Biblioteca municipal de Castelao, que tuvo que ser desalojada por el humo causado por un generador, que sufrió un cortocircuito como consecuencia de la bajada de tensión, aunque no llegó a haber incendio.
En las tres comarcas de Arousa, las protecciones civiles, bomberos y servicios de emergencia reforzaron sus plantillas y se afanaron en resolver las incidencias, especialmente relacionadas con gente atrapada en los ascensores.
El suceso más destacado, en este sentido, tuvo lugar frente al edificio vilagarciano Pico Sacro, sobre las dos de la tarde. Protección Civil de Vilagarcía tuvo que mover a mano el ascensor desde una sala de motores. En Rey Daviña también se quedó atrapada una mujer y tuvo que intervenir el servicio de emergencias, al igual que en el edificio del antiguo Mercadona, en Rosalía de Castro. Fueron solo algunas de las intervenciones relacionadas con atrapados que se registraron en Vilagarcía, en una mañana muy ajetreada para las fuerzas y cuerpos de seguridad y emergencias.
Fue pasados unos minutos de las doce y media del mediodía cuando los móviles comenzaron a quedarse sin señal. Fue la primera señal en los domicilios, que a esa hora por lo general no tenían luces encedidas. Ya pronto las ventanas comenzaron a abrirse y los vecinos a preguntarse: ¿Tienes luz?”. Mientras tanto, una imagen destacaba en las calles: Coches intentando sin éxito entrar en los garajes, ya que no iba el mando.
La situación pilló a la mayoría desprevenidos, ya que tampoco eran capaces de comunicarse con nadie, por lo que los arousanos tiraron del boca a boca. Comercios apagados dieron la clave de que se trataba de algo genérico y las pocas oportunidades que daba el wasap y la red para conectarse, informaban de que ser trataba de un apagón general en toda España.
Justo cuando esta información llegaba, se registró el incidente en la Biblioteca de Castelao, en Vilagarcía. Los usuarios, la mayoría jóvenes que se encuentran estudiando para los exámenes, fueron desalojados, mientras salía bastante humo por una de las ventanas.
I GONZALO SALGAO
La Policía Local acordonó la zona para evitar que nadie se colase en el área de peligro, mientras Protección
Por lo demás, no trascendieron incidencias de carácter grave, aunque sí muchas llamadas de vecinos con problemas. Los centros sociosanitarios, como las residencias de tercera edad, donde existe más población vulnerable, tuvieron que ingeniárselas tirando de generadores.
Precisamente fue esta solución temporal la que permitió que el Concello de Vilagarcía funcionase prácticamente con normalidad, como si se tratase de una isla. Los servicios se mantuvieron y el generador permitió que funcionasen teléfonos como el de la Policía Local, tan necesario en los momentos críticos. Eso sí, por recomendación se apagaron las luces que no se usan, como las de los pasillos. Otros edificios municipales, como el Auditorio, sí se vieron afectados por el gran apagón.