El bus de Galucrania reúne familias

El bus de Galucrania reúne familias
Los encuentros en la explanada TIR estuvieron cargados de nervios, emociones y lágrimas | gonzalo salgado

El autobús de Galucrania permitió el reencuentro de Valeria y Victoria, dos hermanas a las que la guerra le cambió por completo la vida. En el país báltico siguen sus padres y también el marido de Valeria, que minutos antes de que llegase el convoy se emocionaba recordando lo que había dejado atrás.

Acompañando a Valeria y a otras familias que llevan unos días en Manzaneda se encontraba el alcalde de la localidad, Amable Fernández, que explicó que este segundo viaje permitiría el reencuentro de un padre con su hija.

En el municipio ourensano hay ya diez personas ucranianas, seis de ellas menores, y ahora se suman seis en este segundo viaje. El regidor reconoce que el “corazón” le pedía llevar más, pero los recursos de un concello de menos de mil habitantes dan para lo que dan. Aún así, se decidió a asumir a estas seis personas “por reunificación familiar”.

Fueron treinta los ucranianos que recalaron ayer en la explanada TIR. Allí los esperaban los miembros de la asociación, que no cree que vaya a fletarse un tercer autobús. “É precipitado decilo, pero si todo vai como está indo non ten sentido. Incluso Iberia está fletando avións. Nun principio esta axuda era necesaria, pero agora as ONGs están funcionando ao cen por cen”, explica Ainhoa Fervenza, portavoz de Galucrania.



Cargamento de ayuda



De hecho, de las 69 plazas con las que cuenta el autobús tan solo se llenaron la mitad. Fervenza explica que cinco de los que iban a venir pertenecían a un mismo núcleo familiar y los niños se pusieron malos, mientras que otros cinco no aparecieron. La irrupción de las mafias, explica la portavoz de Galucrania, llevó todavía más miedo a los campamentos de la frontera.

La labor del colectivo no se acaba cuando aparcan los autobuses. “Axudamos en todo o que podemos, prestamos servicio de apoio psicolóxico e estamos en contacto cunha doctora ucraniana”, explica Fervenza, que señala que los que ya llevan aquí más de una semana se están adaptando de forma rápida. “Viñeron coas ansias de marchar canto antes e agora xa preguntan por un bañador para ir a praia”.

Amable Fernández destaca la colaboración de los vecinos de Manzaneda, pero echa en falta la implicación de las administraciones, tanto del Estado, como de la Xunta o la Deputación. “As profesoras desvívense por eles, pero a barreira do idioma é moi importante”, indica sobre la escolarización. Al regidor le gustaría, por ejemplo, contar con un servicio de traductor.

Fervenza señala que mantienen contacto con concellos. La asociación se encuentra ahora pendiente de dar salida a los alimentos y material acumulado para enviar de ayuda.



Una nueva vida


En el autobús que llegó ayer a la zona TIR viajaban dos personas mayores, mientras que el resto eran madres con sus hijos, uno de ellos un bebé de apenas meses. El convoy hizo una parada en la asturiana localidad de Ribadesella, donde se quedó una familia. El resto, la gran mayoría, se distribuyeron por concellos de la provincia de A Coruña y otros como Manzaneda.

En Vilagarcía se quedaron una madre con su pequeño y la joven Anastasiia Dymytrenko. Con 19 años, cuenta ya con una importante trayectoria deportiva en su país. Es campeona internacional sub-20 y llega a la localidad arousana con la intención de continuar con su carrera.

La joven se subió al autobús en Kiev donde, narró, la situación es ya algo más tranquila. Se mostró “faliz y contenta” por “estar a salvo”. Comenzó con cinco años a jugar al tenis de meses en Odesa, una región del sur ucraniano. Con catorce se mudó a la capital, Kiev, donde se convirtió en campeona nacional.


A Arousa llega a través del programa internacional de Vilagarcía Tenis de Mesa, al que entrena Sergyi Nigeruk, también ucraniano. “Entrenará con nosotros y jugará con otro equipo”, explica el hombre, cuyo hijo viajó en el autobús como traductor. 

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