La huella de Santiago Iglesias se deja notar en un homenaje póstumo marcado por la música y la poesía

La huella de Santiago Iglesias se deja notar en un homenaje póstumo marcado por la música y la poesía

Flores, canciones y poemas para un empresario que dejó una profunda huella en la sociedad vilagarciana. El homenaje a Santiago Iglesias contó con una importante afluencia y con la asistencia de los hijos del empresario, que protagonizaron uno de los momentos más emotivos al colocar flores en la tumba de su padre.
El acto fue organizado por la Fundación Amigos de Galicia, de la que Iglesias era benefactor, y comenzó con una intervención del director del colectivo, Jesús Busto, que dirigió unas emotivas palabras de afecto tanto al homenajeado como a su familia, allí presente.
Las intervenciones se llevaron a cabo en el Cementerio General de Rubiáns. Tras hablar Busto, fue el turno de Emilio Santasmarinas, patrono de la entidad y propietario de Sancosa, que recitó un laudatorio al homenajeado.
Unos versos que hicieron referencia al estrecho vínculo entre Iglesias yla capital arousana, ya que pese a que era natural de Santiago realizó una intensa actividad empresarial y solidaria. “Por todo en Vilagarcía, por tantos e tantos méritos, o fixo fillo adoptivo a unanimidade no Pleno. Un gran premio a un picheleiro, un bo recoñecemento, que ven a facer xustiza, por todo o que leva feito”, rezaba el texto que leyó Santasmarinas y que precedió a la interpretación de la canción “Cuando un amigo se va”, por parte del cantautor Carlos Otero.
Tras los actos en el cementerio tuvo lugar una ,misa en la Iglesia de Sobradelo y, al término, una actuación de la Coral Polifónica de Sobradelo. La Fundación Amigos de Galicia agradeció la participación de los asistentes, entre los que había representantes del mundo político y empresarial, así como de diversas asociaciones con las que colaboró Iglesias.
La Fundación también se muestra satisfecha por el hecho de que el Pleno nombrase hijo adoptivo a Iglesias, “un reconocimiento que desde Amigos de Galicia se llevaba años intentando conseguir”, señalan desde el colectivo. Santiago Iglesias Pedrido se trasladó con 21 años a Vilagarcía para trabajar como mecánico. Colaboró con Amigos de Galicia donando una furgoneta para trasladar ancianos (50 de ellos gallegos) de un asilo cubano.

La huella de Santiago Iglesias se deja notar en un homenaje póstumo marcado por la música y la poesía

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