El pánico y la incertidubre inundaron la parroquia de Rubiáns, en Vilagarcía de Arousa, cuando un incendio en una nave de Impex, la empresa de productos raticidas y fitosanitarios, calcinó toda la estructura del lugar y amenazó a decenas de viviendas y vecinos que se vieron obligados a salir a la calle y vivir una película de terror en plena avenida de Rubiáns.
¿Cuándo podremos volver a nuestras casas? Esa era la pregunta que se hacían muchos de los vecinos que se encontraban en el lugar. “Hemos salido con lo puesto, no tenemos ni cargador de móvil”, confesaba una de las afectabas que reside en la parte trasera de la nave. “No tenemos información, tenemos que ir a comer y podemos porque tenemos la tarjeta en el móvil, porque no tenemos nada más”, aseguraba manifestando además la falta de un responsable al que las familias se pudieran dirigir en una situación como esta para contar con pautas o apoyo.
“¿Si nos dicen que no podemos volver por la noche qué hacemos con nuestros animales, los matamos de sed y de hambre?”, cuestionaba al verse en una situación de incertidumbre y miedo incapaz de controlar.
Los mismos agente de la Policía Nacional aseguraron que en ese momento no sabían cuanto duraría la situación, alegando que la zona aún recibía “mucho calor” y era inviable volver a las casas.
En las primeras horas “era impresionante salir ahí con el humo, las explosiones y el fuego”, cuentan. “Salide de ahí”, les decían sus familiares y amigos a los vecinos, cuando pudieron ver la magnitud de las llamas. Además, también cuentan como muchos de ellos se alarmaron al ver la proximidad de la Cepsa.
Entre los vecinos que trataban de buscar espacio de sombra pasa pasar las horas y esperar volver a sus casa, se encontraban los propietarios de la nave. El gerente, Toni Alonso explicó que este almacén -ahora destruido- estaba destinado a la logística de la empresa y, por lo tanto, guardaba cartones, plásticos y papeles, algo que habría facilitado la magnitud del fuego. “Aquí llega el producto final y se almacena para su distribución”, explicaba otro de los responsables.
Algunos se mostraban más tranquilos. “O que vin e que o sol estaba ahí enriba da nave e puido prender lume o mesmo sol, porque iso é todo plástico”, comentaba un vecino que observaba la escena.
También hubo vecinos que manifestaron su disconformidad. “A min non me avisou ninguén”, explicaba el propietario del supermercado Mercamas ubicado a tan solo unos metros del lugar del incendio. Asegura que fue él mismo quien llamó a la Policía Local para preguntar.
Entre unos y otros, las autoridades aseguraron que no todas las viviendas cercanas fueron evacuadas, solo aquellas que podían sufrir mayor riesgo y en las que el humo “golpeaba directamente”, sin embargo, otros muchos solo recibieron la recomendación de confinarse en sus viviendas hasta que las llamas cesaran y el humo dejara de ser un problema.
Precisamente esta humareda fue el principal atractivo, ya no solo de los vecinos desalojados, sino también los cientos de vilagarcianos que vivían desde la distancia el transcurso del incidente y observaba como el viento jugaba con las direcciones del humo extendiéndolo por todo la parroquia y asustando a los que temían por su riesgo de toxicidad.
El viento fue otro de los hándicaps de esta jornada asolada por el fuego. Aunque no parecía soplar muy fuerte, “por culpa del viento, las llamas que parecían casi apagadas se volvieron a reactivar”, explicaba el agente de la Nacional.
Afortunadamente casi siete horas después la avenida de Pontevedra reactivaba su tráfico y aunque la nave era ya historia, los vecinos y los mismos propietarios podían resoplar tranquilos al saber que la catástrofe no había pasado a palabras mayores y el fuego solo acabó con daños materiales de los que aún no se calcula el valor.
Aunque muchos de los vecinos pudieron volver a sus casas, unas diez o doce viviendas del perímetro más inmediato no pudieron volver y se alojarán en casas de familiares y amigos, salvo dos casos a los que el Concello les facilitará alojamiento. Para el resto pidieron precaución, como mantener las ventanas cerradas o usar mascarillas y explicaron que los bomberos volverán mañana a hacer mediciones de gases y evaluar la situación.