Vilagarcía salda su deuda con el Arosa al entregarle la Medalla de Ouro de la ciudad

Vilagarcía salda su deuda con el Arosa al entregarle la Medalla de Ouro de la ciudad
El presidente del Arosa, Manuel Abalo, recibió de manos del alcalde, Alberto Varela, la Medalla de Ouro de la ciudad en un pleno extraordinario en el Salón Nobre de Ravella | josé luiz oubiña

Vilagarcía saldó ayer su deuda histórica con el club de fútbol que lleva su nombre allá donde va, el Arosa. Lo hizo en un acto solemne en el Salón Nobre con la entrega de la Medalla de Ouro de la ciudad, un mérito que solo han logrado unos muy pocos elegidos y que te convierte, contraviniendo a lo que dicta el refranero popular, en “profeta en tu tierra”. El reconocimiento llega en uno de los momentos más delicados en lo deportivo de un club que lleva 75 años vistiendo la camiseta arlequinada y que hoy mismo se juega la permanencia. Pero también en su mejor momento social, con una afición entregada que hoy disfrutará de la Medalla de Ouro en A Lomba. Después de que la secretaria municipal leyese los motivos por los que el Arosa ha sido merecedor de tan importante distintivo el alcalde, Alberto Varela, tomó la palabra. El regidor socialista se remontó a hace cien años cuando los periódicos de la época entendían que el fútbol era un deporte que no cuajaría en Vilagarcía. Se equivocaron. En el año 1945 nacía el Arosa y 75 años después la ciudad le reconoce el ser “un referente deportivo, pero tamén social de Vilagarcía”. Varela hizo referencia a que “en todo este tempo houbo momentos moi felices e outros non tanto, como o que agora mesmo estamos a vivir: a ledicia de volver á Segunda División coa incerteza de se conseguiremos manternos” añadiendo que “o deporte, como a vida e máis en Galicia é así: ás veces subimos, ás veces baixamos, ás veces mantémonos. Depende”.


La Medalla de Ouro del Arosa la recogió su presidente, Manuel Abalo. Humilde en su discurso explicó que “a casualidade fai que sexa eu o que teña o privilexio de estar aquí falando neste momento tan importante, pero con anterioridade xa houbo outros 21 presidentes do Arosa aos que lles correspondería tamén este dereito, ao igual que aos centos de directivos e directivas que dedicaron tempo, esforzo e cartos polo seu cariño e implicación co noso clube”. Abalo se refirió tanto a los jugadores que vistieron la camiseta arlequinada tanto en el primer equipo como en las bases y se mostró orgulloso por el hecho de contar, a día de hoy, con “16 equipos de base e unha escola de fútbol. En total, 300 deportistas”. Definió al Arosa como “un proxecto comprometido co labor social de formar en valores a través do deporte e tamén xerar un sentimento de identidade co clube ao que representan”. Abalo aplaudió a la afición a la que definió como “xigante e sempre ao lado do clube ao marxe das rachas deportivas, que no clube son cíclicas”. El “facer arosismo” impregnó un discurso que escucharon en silencio en el Salón Nobre no solo los miembros de la Corporación municipal, sino también los exalcaldes de Vilagarcía de la democracia, exjugadores, expresidentes y representantes de las peñas y de los principales patrocinadores.


El Arosa firmó parte de su historia ayer y así lo refrendó Abalo en los últimos coletazos de un discurso que puso punto final al acto solemne. “Non hai maior satisfacción que que te valoren e respecten na túa propia casa, neste caso da túa vila” añadiendo que “o Arosa foi, é e será sempre historia viva de Vilagarcía e dos vilagarciáns”.

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