A VUELTAS CON LA LEY DEL ABORTO

Como era de esperar, el anuncio del gobierno central de redactar y aprobar una nueva Ley del Aborto, bien denominada Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada, ha producido sarpullido en los sectores autodenominados defensores de los derechos de la mujer, y por consiguiente están armando bulla para que todo el mundo se oponga a la supuesta restricción de derechos como lo será, según dichos sectores, esta nueva norma legal, hasta tal punto que las y los proabortistas del PSOE, van a convocar a todas y todos las y los socialistas europeos para que digan al gobierno de España que se deje de leyes “retrógadas”, y que los críos de casi siete meses puedan ser triturados en las clínicas especializadas en el crimen de seres humanos concebidos. También se han atrevido a decir a las mujeres políticas del Partido Popular que no sean fachas y voten en contra de esa Ley. Se necesita tener cara para pronunciarse de tal forma: exigir insultando.  Como decía este escribidor en una anterior columna de opinión, las y los proabortistas confunden el tocino con la velocidad, al hablar de derechos, o quieren crear esa confusión en las personas normales, es decir, las que entienden que la vida no puede ser objeto de mercadeo o del capricho personal de una mujer que se ha quedado embarazada. Hablemos claro; si se quedó embarazada con conocimiento de causa, es responsable de sus actos. Si lo fue contra su voluntad, o sea, por violación, la Ley ya lo tiene en cuenta. Más claro aún: en estos tiempos existen medios y técnicas para evitar el embarazo. En todo caso, debemos insistir en que se habla del derecho de la mujer, pero no del derecho del ser humano concebido y condenado a muerte (en el vientre materno está vivo) sin concederle ni el beneficio de la duda. Y no entro en si es o no “progresista” ser proabortista, pero en la China, el país comunista más grande de este mundo, acaban de “relajar” la prohibición de tener más de un hijo, porque se le está quedando vieja la población. A título informativo, decir que en Cambados falleció días antes de cumplir cien años, un abogado nacido con siete meses escasos de gestación (según familiares suyos), y llegó a merecer ser condecorado con la Cruz de San Raimundo de Peñafort. Rematando, por ahora, decir que se necesita un ejercicio de democracia, sin coacciones ni insultos, porque un gobierno legitimado por la mayoría del electorado español, y amparado por el Partido que llevaba en su programa electoral la reforma de una Ley que permitía prácticamente el aborto libre, debe ser respetado en tanto las urnas no digan otra cosa.

 

A VUELTAS CON LA LEY DEL ABORTO

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