Hasta el mismísimo José Dios Pérez “Barrantes”, que durante muchos años fue el encargado del Carreira Club de Fútbol, se echaría si se enterase y pudiera ver lo ocurrido en la madrugada del viernes en las instalaciones deportivas de la entidad riveirense. Unos desconocidos forzaron las cerraduras de cinco puertas y robaron cinco lavadoras y dos secadoras que había en un par de dependencias de la caseta de los vestuarios, así como pesas, balones y diverso material deportivo, según se recoge en un primer inventario, a la espera de que se haga una revisión más exhaustiva pues, según afirmó el presidente de la entidad, Francisco Sieira, no quisieron tocar nada para facilitar la investigación policial. De hecho, un miembro de la Policía Judicial de la comisaría riveirense acudió a primera hora de la tarde para iniciar una investigación, con la recogida de pruebas y la toma de imágenes de como quedó el escenario del robo. Las primeras hipótesis apuntan a que los cacos podrían vender los electrodomésticos sustraídos como chatarra.
Según pudo saber este periódico, el suceso se pudo registrar entre las once y media de la noche, momento en el que se marchó el último miembro del club tras dirigir un entrenamiento, y las once de la mañana, momento en que accedieron a la instalación y comprobaron lo ocurrido.  El vicepresidente de la entidad ya observó algo raro en torno a las nueve de la mañana a ver desde lejos como la puerta de los vestuarios estaba abierta, pero dedujo que podría estar dentro una persona que se encarga del cuidado de la instalación.
Pero, al regresó con mercancía para la cantina se dio cuenta que una persiana de la misma estaba levantada, después de ser forzada, y apoyada sobre un viajo televisor. Luego vio que el candado de la puerta estaba roto y que intentaran forzar su cerradura, pero no lo lograron. Una vez dentro, el panorama era desalentador, con todo revuelto y las neveras de bebidas y refrescos y las cajas chucherías prácticamente vacías. Luego fue a la caseta de los vestuarios, donde se encontró una imagen descorazonadora. Les robaron los electrodomésticos usados para lavar y secar la ropa de sus equipos, que en gran parte los cacos tiraron por el suelo. Entre las puertas forzadas figuró la de la oficina, pero los directivos desconocen si se llevaron algo más, pues todavía están haciendo inventario. n