Si hay alguien al que el domingo van a mirar con lupa en Pasarón es a Piscis. Él no juega, pero a su planteamiento y sus movimientos van a prestar atención muchos, o todos, de los que acudan al campo. Y muchos de ellos pensando en el futuro. Y es que Piscis se enfrenta el domingo a una parte de su pasado, pues en el Pontevedra militó en la temporada 98/99, en Segunda B, e incluso había estado entrenando ya en el 94. Pero más que su pasado, lo que interesa más en Pasarón es su futuro. Ahora mismo el club está en un momento de estabilidad, con Manu Fernández en el banquillo, pero el nombre de Piscis sigue sonando, y sonará, con fuerza como posible inquilino del banquillo granate. Es un entrenador muy bien visto en el entorno y en el club, donde cuajó muy buena impresión cuando dirigió con éxito al filial. Quizás sabedor de la atención que despierta el domingo va a presentar a un Arosa distinto al de la última salida, donde fue demasiado conservador en A Coruña.
Piscis recuerda con cariño aquella temporada en el Pontevedra “en la que fui titular hasta navidades con Robles como entrenador y jugaba de mediocentro defensivo (su posición natural era la de mediapunta), pero luego cambiaron y ya me costó más jugar. Recuerdo que marqué un gol en pretemporada contra el Sevilla y en liga al Lealtad”. Con más pesar recuerda que “en el 94 me fui a entrenar con el Pontevedra y el entrenador (Antonio Gómez) me quería, pero el director deportivo no y volví al Villalonga”. Del pasado habla, pero del futuro, ni hablar. “En lo único que pienso es en el Arosa” e incluso se le escapa algún comentario sobre planificación de la próxima temporada en el club vilagarciano. Eso sí, es conocedor de esa rumorología que lo sitúa como una opción preferencial para el puesto de entrenador del equipo pontevedrés, si bien insiste que “ahora estoy centrado en ganarles y en seguir creciendo con el Arosa”. Y ese es el único futuro que ve en Pasarón, la victoria del domingo en un partido clave para el arosismo.