RIVEIRA-Dos incendios obligan a desalojar Frinsa y a cortar al tráfico los accesos a la Autovía

“Riveira está totalmente en llamas”. Con estas palabras y sollozando se expresaba a última hora de ayer una vecina de la ciudad que afirmaba que en muchos años no había visto algo semejante. Un incendio de gran magnitud en el monte de San Alberto, en una zona próxima al nuevo matadero y a unos depósitos de gas, empezó con dos focos a las nueve y cuarto de la noche de ayer. El fuerte viento avivó las llamas, que avanzaron casi sin oposición hacia las naves de Frinsa. La proximidad del fuego obligó a desalojar a los 650 trabajadores del turno de tarde de esa conservera ubicada en el polígono industrial riveirense de Xarás. Durante el desalojo, que tuvo que hacerse en un tiempo record debido al riesgo que suponía la proximidad de las llamas, se vivieron momentos de pánico, aunque finalmente imperó la calma gracias a la intervención de los cuerpos de seguridad. Para evitar que las llamas siguieran avanzando hacia la empresa levantada por Ramiro Carregal se inició la apertura de un gran cortafuegos.
Por otro lado, aproximadamente una hora antes fue en el próximo lugar de A Carballa, en Palmeira, donde se registraron otros cuatro focos instantáneos que acabaron juntándose en uno y que obligó a cortar al tráfico los accesos de la Autovía do Barbanza de Riveira hasta A Pobra en los dos sentidos, debido a la densa y negra humareda que cubrió ese tramo de la gran infraestructura viaria. Al cierre de esta edición se planteaba el desalojo del Hospital do Barbanza.
Del mismo modo, en la jornada de ayer también fueron de reseñar los incendios que se iniciaron en la madrugada del martes en las aldeas de Lixó, en la parroquia riveirense de Oleiros, y en Camiño Ancho (A Pobra) mantuvieron en vilo a vecinos y equipos de emergencias y provocó que se movilizase un operativo insólito de vigilancia en esas y otras zonas de riesgo. Pese a que, afortunadamente, no alcanzan la magnitud de otros fuegos como los registrados en la provincia de Ourense o el ya citado que amenazaba a la Frinsa, la preocupación en la zona es máxima por parte de los residentes y de las autoridades.
En Lixó ardieron entre las 2,35 y 16.36 horas de ayer 9,8 hectáreas de monte raso y arbolado, reavivándose por momentos debido al fuerte viento y a la alta temperatura del suelo. Fue precisa la intervención de dos agentes forestales, cuatro brigadas y cuatro motobombas, mientras que en el Camiño Ancho hubo varios fuegos desde las diez y media de la noche del lunes y hasta las dos de la tarde de ayer. En este caso existió bastante riesgo de que las llamas alcanzasen viviendas, por lo que, además de un agente forestal, tres brigadas, dos motobombas y un helicóptero fue necesaria la participación de los bomberos de Riveira y de Boiro.
De hecho, los que se mueven por esas zonas y otras de la comarca que ardieron en las dos últimas semanas, pudieron comprobar durante todo el día el insólito operativo de vigilancia con efectivos de las Policías Local, Nacional y Autonómica, tanto de uniforme y en vehículos oficiales como camuflados, del Ejército, de las brigadas forestales y de otros medios que participan en la prevención y extinción de incendios. Pero, por lo ocurrido a última hora, no debió ser suficiente para ahuyentar a los pirómanos.