El colegio Cruceiro, de Vilalonga, al igual que la mayoría de los de Sanxenxo, dispone de transporte escolar para sus alumnos. Hasta ahora, los padres podían autorizar a sus hijos regresar a casa solos si ningún adulto les esperaba en la parada. Pero este “acuerdo” no estaba autorizado por la Xunta, que exige a las empresas de transporte que deleguen en la Guardia Civil o a la Policía Local  la custodia del menor, en caso de que el colegio no pueda hacerse cargo del alumno en caso de que un tutor no lo recoja en la parada escolar. La Consellería de Educación confirmaba ayer que no hubo cambio alguno de diretriz y que esta método de trabajo “fue siempre así”. También es cierto, según aseguraban desde el departamento autonómico, que se dejaba cierta libertad a los colegios para gestionar este servicio.
Sin embargo, la denuncia de algunos padres ha hecho que la Consellería de Educación aplique ahora con rigidez esta norma. Y la polémica ha llegado a Vilalonga.
Hace tan solo unos días, una de las acompañantes del transporte escolar, en la linea que cubre la zona de A Costiña, informaba a los alumnos de la obligatoriedad de que un tutor les esperase en la parada para que pudiesen abandonar el autobús escolar.
Y algunos padres están en desacuerdo. Alguno de ellos han presentado ya la correspondiente queja ante la delegación de la Consellería de Educación. Y es que consideran injusto que la Xunta deje sin validez la autorización firmada por los padres en la que se responsabilidad de cualquier circunstancia que pueda tener que afrontar el alumno en el trayecto desde la parada escolar hasta la vivienda.
Los padres también ponen en cuestión que sea necesaria la intervención de la Policía Local en estos asuntos. Entienden que el Manual del Acompañante de Transporte Escolar, redactado por la Xunta, marca como una obligación de la monitora llamar en primer lugar al centro escolar o a la familia del alumno.
Y es que los padres que plantean esta queja aseguran que “nin Monbús, nin a Xunta, son quen de cuestionar ou ningunear os dereitos fundamentais que nos asisten como pais ou tutores legais dos nenos usuarios deste servizo”.
Y es que algunos padres ven detrás de la rigidez de la Xunta en este planteamiento un nuevo impedimento para que dejen de “utilizar un transporte que es gratuito”.
A muchos les resulta difícil esperar a sus hijos en la parada y otros, ya descontentos —en el caso de O Cruceiro y la ruta de A Costiña— con los diez minutos de antelación con los que los escolares llegan al centro escolar a  petición de la empresa de transporte, apuntan que se incrementará el número de familias que opten por trasladar directamente a los alumnos en coches particulares y ceñirse a las exigencias de un servicio que “debería facilitarnos as cousas”.