Iván Alonso logró revalidar junto a Emilio Merchán el título de campeón de Europa de maratón en K-2, mientras Ramón Ferro y Óscar Graña conquistaron la medalla de plata en C-2. Los palistas del Kayak Tudense volvieron a ser protagonistas de una competición internacional. Tono Campos y José Manuel Sánchez, también en C-2, finalizaron quintos cuando aspiraban a algo más.
Para Iván Alonso fue un día especial. Después de ser segundo en K-1, afrontaba junto a Emilio Merchán un gran desafío. Eran los favoritos y cumplieron con ese pronóstico, aunque les costó. Al comienzo de la regata se formó un grupo de cuatro embarcaciones que se distanciaron del resto. Poco a poco, Iván Alonso y Emilio Merchán iniciaron una dura pugna con Adrián Boros y Laszlo Solti, los húngaros. Una lucha que se mantuvo hasta la recta de llegada. Más alejados se colocaron Álvaro Fernández Fiuza y Walter Bouzán, que terminaron terceros.
La victoria se la jugarían los españoles y los húngaros después del último porteo. Iván Alonso y Emilio Merchán hicieron valer su fortaleza. Aplicaron la táctica que tantas veces les ha dado buenos resultados. Superaron a sus rivales por fuerza física y también mental, demostrando un alto grado de concentración. Los húngaros se rindieron a la evidencia. El triunfo fue incontestable.
Óscar Graña y Ramón Ferro, también del Kayak Tudense, mantuvieron sus opciones de lograr el oro hasta los 300 últimos metros. Su particular duelo con Adán Dcoze y Marton Kuver, de Hungría, fue épico. Desde el cuarto porteo, de los ocho que constaba la prueba, ambas embarcaciones superaron a todos sus rivales. Una muestra de su enorme fortaleza. Algunos de los perjudicados fueron Tono Campos y José Manuel Sánchez, que aguantaron el ritmo hasta la tercera vuelta. Ocuparon el quinto puesto final. La medalla de oro se jugó tras el último giro. Gallegos y húngaros se marcaron, se estudiaron y analizaron la táctica. Fue el momento clave. Los húngaros decidieron apostar fuerte. Pronto se comprobó que tanto Ramón Ferro como Óscar Graña no podían seguir su ritmo. Se rindieron. La diferencia de treinta segundos en la meta es irreal. La igualdad  se mantuvo hasta que los componentes del Kayak Tudense decidieron entrar relajados y así no arriesgarse a ningún sobresalto.