La piscina municipal de Cambados reabrió ayer sus puertas tras una importante reforma que ha renovado la cubierta, la zona spa y los vestuarios con una inversión de 1,6 millones de euros. Los primeros usuarios no se hicieron esperar e incluso se registraron colas en las oficinas para renovar los abonos de la temporada. Y es que las instalaciones cerraron hace más de año y medio aunque, en realidad, el municipio llevaba esperando por esta obra casi desde que se construyeron.
Empezó a funcionar hace 22 años tras una inversión de 100 millones de pesetas y como la primera de la comarca en tener una cubierta móvil para dejar el vaso al aire libre en verano. Pero los problemas de fugas de calor y goteras no se hicieron esperar y a los pocos años era necesario cambiar la cubierta. La primera vez que se planteó fue en 2008 con el popular José Manuel Cores Tourís en la Alcaldía y en 2010 parecía que por fin se iba a cambiar, pero la Xunta suspendió el concurso de adjudicación de los trabajos por la crisis económica. El Concello buscó ayuda en la Diputación y todo iba encaminado, pero llegaron las elecciones de 2015 y el nuevo gobierno provincial decidió ir un paso más allá y modificar el proyecto heredado para convertirlas en unas “instalacións do século XXI”, como apuntaron ayer la alcaldesa, Fátima Abal, y el concejal de Obras, Samuel Lago.
A pesar de todos los retrasos y los problemas que se han ido encontrando en el camino, el bipartito de PSOE y Somos está “moi satisfeito” con el resultado. No en vano, también se ha reformado la zona de spa y los vestuarios, aunque mientras no llegue el nuevo mobiliario funciona con el antiguo porque no quería retrasar más la reapertura.
La reforma integral terminó en mayo, pero aparecieron problemas con la fontanería no incluidos en ese proyecto de la Diputación. El Concello decidió asumirlos, pero tardó varios meses en contratar los trabajos. De hecho, se dieron tantas fechas de apertura que la semana pasada ni el propio concejal de Obras se atrevía ya a señalar un día cuando el PP le preguntó en el pleno.
Lago explicó ayer que los trabajos culminaron hace unos 15 días, pero fue preciso realizar la comprobaciones necesarias y calibrar los sistemas de recirculación del aire y de los paneles solares, así como desinfectar las instalaciones antes de abrirla de nuevo, además, para ir adelantando, ya hace dos semanas que remitieron la documentación a Sanidade.
Rebaja de la factura
Y es que además de ser “máis bela e moderna”, será “máis eficiente” gracia a esos sistemas de calefacción y calentamiento del agua que permitirán reducir la factura de consumo energético, solventando otro de los grandes problemas de las instalaciones. Se pondrá fin al desembolso de unos 100.000 euros anuales en combustible que viene asumiendo el Ayuntamiento desde hace años en virtud de un acuerdo plenario unánime y porque, de otro modo, no sería un negocio rentable para ningún adjudicatario y, de hecho, uno llegó a renuncia a la concesión.
Con todo, la medida se tomó inicialmente en 2008 como algo temporal y está por ver si se plantea trasladar el gasto al concesionario. En principio, no estaría previsto pues el contrato se suspendió mientras durasen las obras y ahora se retoma en las mismas condiciones. Ahora se llama Serviocio-Beone, que es la empresa que compró Aquafit.
Desde el Concello también agradecieron ayer la “paciencia e o saber estar” de los clubs, asociaciones, las ANPA y a todos los vecinos por los meses que estuvieron sin poder usarla, pero están “seguros de que valeu a pena esta espera”.