El propietario del bar de la casa de cultura de la parroquia ribeirense de Olveira no gana para disgustos desde que gestiona esta instalación desde hace ocho años, pues en todo este periodo le entraron a robar en dieciocho ocasiones. La última vez fue en la madrugada de este miércoles, cuando los ladrones le causaron unos perjuicios valorados en unos 3.000 euros, entre los daños ocasionados en el inmueble y el importe del botín sustraído, consistente en una televisión plana de 43 pulgadas, 17 botellas de licores, una caja con 48 chocolatinas y los 80 euros que había en las cajas de la máquina de los dardos y en el futbolín, en el que habían bastantes monedas teniendo en cuenta que el pasado fin de semana se celebró un campeonato y no se había recogido la recaudación.
A diferencia de la penúltima ocasión en la que le entraron a robar, en que saltó la alarma, pero no se le dio demasiada importancia al pensar que era un bicho el que lo provocó, en esta última ocasión no funcionó ese sistema de seguridad. De hecho, el dueño del establecimiento, que ya presentó la denuncia, se enteró de que le entraran a robar al llegar a las 9.30 horas y se encontró todo revuelto y con mercancía por el suelo. Luego comprobó que se llevaron la televisión y que le reventaron las máquinas de dardos y arrancaron el cajón del dinero del futbolín. Posteriormente hizo inventario de la mercancía que tenía y detectó que le faltaban 18 botellas de bebidas alcohólicas y las mencionadas chocolatinas.
Se cree que los ladrones le hicieron algo a la perra que estaba encadenada en el exterior de la casa de cultura, pues estuvo temblando durante todo el día de ayer. Los cacos forzaron con un gato de un vehículo unos barrotes de una reja que hay en una ventana de un lateral del inmueble, logrando abrir un hueco por el que colarse, para luego abrir la ventana corredera y poder acceder al interior del bar. Una vez lograron hacerse con el botín y debido a que no lo podían sacar por el hueco de la verja de la ventana, fue cuando optaron por hacerlo por la puerta del salón de actos de la planta baja. Para ello forzaron la cerradura, arrancando el bombín, reventaron la persiana y emprendieron la huida sin ser descubierto.
Pese a ello, previamente al robo, algunas personas ya vieron merodeando por los alrededores de la casa de cultura de Olveira a un conocido delincuente de la zona. Además, el dueño del bar encontró el gato usado por los cacos en la ventana por la que entraron y una bolsa con varias pertenencias del individuo del que sospechan que es el autor o uno de ellos de este robo. Esos objetos fueron entregados a la Policía Nacional, que ya envió a su unidad científica a recoger huellas y tomar fotografías, y abrió una investigación sobre este suceso.