Las dos niñas menores de edad de Riveira que estaban desaparecidas desde la tarde del pasado domingo ya aparecieron y lo hicieron en Vigo, la ciudad hasta la que se les pudo seguir la pista en su fuga. Una vez más, la llamada a la colaboración ciudadana ha resultado esencial para resolver un caso investigado por las fuerzas de seguridad. Un muchacho pareció reconocer a una de ellas al ver salir a ambas de un supermercado situado en la Avenida da Florida de la ciudad olívica, por lo que echó mano del móvil para comprobarlo a través de una de las fotos que se difundieron de ellas y avisó a la Policía Nacional. Del mismo modo, se aportó una pista que resultó determinante con la numeración de una matrícula del vehículo en el que se subieron las chiquillas.
En ese momento, la madre de Sarai Folgar, Fernanda Cores, todavía se encontraba en Vigo, a donde la había llevado un coche con chofer que le puso una productora de televisión para entrevistarla en directo. Fue el propio conductor el que, al salir del plató, le sugirió dar algunas vueltas por Vigo por si las veía en los lugares más frecuentados por menores de edad. Esa labor remató sin éxito, al igual que había sido hasta ese momento la ardua investigación llegada a cabo por parte de los efectivos de la Policía Nacional de Riveira y de Vigo, en especial del Servicio de Atención a la Familia (SAF). De hecho, Fernanda Cores indicó que en su recorrido por esa última ciudad comprobó que había un gran despliegue de policías por todas partes, y cree que gran parte podría estar relacionado con la búsqueda de su hija de 15 años y de su amiga de 13 años.
Aunque le había dicho que tenían alguna pista sobre las muchachas, Fernanda acabó regresando a Riveira. Cuando se encontraba de camino, poco antes de las nueve de la noche, recibió una llamada en la que le informaron de que Sarai había aparecido, junto con Alba. Un coche camuflado de la comisaría riveirense se desplazó hasta Vigo para ir a recogerlas. En torno a las diez de la noche, ambas salieron de regreso y en las dependencias riveirenses de la Policía Nacional les estaban esperando sus madres y otros familiares con los brazos abiertos y muchas lágrimas después de las 48 horas de angustia que padecieron.
Estaba previsto que mañana regresase procedente de Irlanda el padre de Sarai, al que aún no le informaron de lo sucedido, pues sólo reclamaron su presencia. Se desconoce si regresará.