Ribeira nunca estuvo tan cerca de aquel 1921 y el naufragio del vapor Santa Isabel

Ribeira nunca estuvo tan cerca de aquel 1921 y el naufragio del vapor Santa Isabel
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Ribeira puede revivir desde ayer en su museo municipal el naufragio del vapor-correo Santa Isabel en la bocana de la ría arousana, en la costa de la Illa de Sálvora. Lo hace con una exposición titulada “Bravura”, cuya inauguración tuvo lugar ayer para hacerla coincidir con la fecha en que se cumplen exactamente 100 años de la tragedia del que se hizo llamar el “Titanic gallego”, provocando que la capital barbanzana esté ahora más cerca de lo que parece de aquel 2 de enero de 1921 y del hundimiento del buque, en el que fallecieron 213 personas -en un panel de la muestra se indican 214- y hubo 53 supervivientes. Lejos de caer en los aspectos negativos de ese suceso, la muestra comisionada por Miguel Vidal extrae la lectura positiva de esos hechos, sobre todo la de las Heroínas de Sálvora y otros héroes que salieron al mar para salvar vidas. Buen reflejo de ello es que al acceder a la muestra lo primero que se ve es un panel con una imagen de un grupo de supervivientes.

El propio comisario de la muestra se detuvo en señalar que, bajo su punto de vista, el segundo oficial del buque, Luis Cebreiro, fue el gran héroe de aquella madrugada, pues logró salvar a una treintena de tripulantes, al subirlos en el único bote salvavidas que quedaba, para lo cual mantuvo la paciencia hasta que se calmó el mar para que pudieran dirigirse hacia tierra. Eso fue algo que también logró él, pero en su caso fue haciéndolo a nado hasta la costa de Sálvora, tras renunciar a subirse al referido bote, pues era muy alto y voluminoso -le llamaban “El Tonelada”- y podría desestabilizarlo y que se fuera a pique.

En la inauguración y visita guiada a la exposición que realizó Miguel Vidal, de forma íntima, se pudo comprobar que “Bravura” no se hizo en un día ni en un mes, sino que es fruto del largo periodo de trabajos de documentación y localización de piezas que en su mayoría están en colecciones particulares y que tienen un gran valor sentimental, además de la implicación de mucha gente. De ahí que expresó su satisfacción por ese momento “moi alegre tanto no persoal como no institucional ao abrir unha fiestra a esta historia que forma parte do noso patrimonio cultural próximo”. 

En el capítulo de agradecimientos se refirió al archivo municipal de Ribeira, que aportó un libro de registro con más de un millar de emigrantes de la localidad; a Margarita Zas, directora de la Cátedra Valle-Inclán, que cedió una copia de los manuscritos del escritor, que se desplazó hasta Ribeira y recogió sus primeras impresiones sobre el suceso -al igual que periodistas de la época-, y que pretendía escribir con ello una tragedia griega. No se quiso olvidar de la empresa que diseñó y montó la muestra, de la que ayer acudieron al acto dos representantes, César y Manuel. 

Vidal también se refirió a los que pusieron “negro sobre branco” sobre este suceso, haciendo que saliera a la luz después de estar silenciado durante muchos años, con especial referencia a Xosé María Fernández Pazos, precisando que la exposición “bebe” de su libro sobre el naufragio.

“Verdadeiros protagonistas” 
Mariola Sampedro, primera teniente de alcalde, que incidió en la referencia a que la pandemia por la Covid-19 provoca que la inauguración tenga que hacerse en la estricta intimidad, impidiendo que pudieran estar presentes los familiares de las Heroínas de Sálvora y de Luis Cebreiro, que estaban muy interesados en asistir, pero que habrá que aguardar a que la situación epidemiológica mejore “para acollelos como os verdadeiros protagonistas e darlles os parebéns e amosarlles o noso cariño”. Y expresó su deseo de que se pueda recuperar el cronograma de actividades previstas y que se tuvieron que suspender.

“Se botamos a vista atrás ata hai 100 anos podemos pensar que todo mudou no modo de vivir, os costumes, cambiamos de século, estamos na era das tecnoloxías... Pero penso que nunca estivemos tan cerca daquel 1921”, dijo la edila. En este sentido, recordó que en aquella época los vecinos de Ribeira estaban pasando la pandemia de la gripe española “e agota nos atopamos facendo camiño para saír desta pandemia da Covid-19”. Por ello, subrayó que por mucho que cambiaron los tiempos, la esencia permanece, y que “durante estes meses tan duros, na nosa Ribeira soubemos facer gala dese espirito que nos deixaron as catro heroínas. Grazas a elas e a tantos heroes anónimos que hai 100 anos foron quen de lograr o triunfo da solidariedade, que fixo de Ribeira unha moi nobre, leal e humanitaria cidade, título que recobrou a súa auténtica dimensión, cando somos quen de sacar esa bravura nesta etapa de incerteza, con compromiso, valor e coraxe que nos caracteriza”.

Ribeira nunca estuvo tan cerca de aquel 1921 y el naufragio del vapor Santa Isabel

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