La ley de Murphy gobierna al Sanxenxo en su decimosegundo revés consecutivo

La ley de Murphy gobierna al Sanxenxo en su decimosegundo revés consecutivo
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La ley de Murphy es el día a día del Sanxenxo en 2015. Ayer cosechó su decimosegunda derrota consecutiva al caer 2-3 con el Órdenes en casa. Una expulsión de Mateo antes del descanso, que desencadenó además en el 0-1 obra de Álex Blanco de falta directa, puso el duelo muy cuesta arriba a los locales, a los que si algo les puede salir mal, les sucede. En inferioridad numérica no bajaron los brazos e incluso recortaron diferencias en dos ocasiones con más empuje que juego, pero al final se impuso la lógica y la superioridad de los coruñeses, que siguen en el baile de pretendientes a la cuarta plaza. Al Sanxenxo, al menos, le queda el consuelo de las derrotas de sus rivales directos. Y es que salir del pozo empieza a ser una tarea difícil.
El partido empezó con una ocasión muy clara para los visitantes, en un disparo de Ángel desde fuera del área al minuto de juego que rechazó el poste. Los locales dispusieron una línea defensiva inédita ante la plaga de bajas. Emilio y Héctor fueron la pareja de centrales que batalló con el delantero Álex Blanco. El Órdenes lo buscó con balones directos, con escaso resultado. El Sanxenxo apretó bien en medio campo y aunque no era capaz de generar peligro tenía el partido nivelado. Poco juego pero sí mucha intensidad.
El equipo coruñés solo generaba peligro a balón parado y con las acciones de Juampa en la izquierda. Suya fue la jugada que pudo suponer el 0-1 a la media hora, pero Souto desaprovechó el pase atrás del ex del Fabril. La acción que condicionó el duelo se produjo en el minuto 37. Veteranía visitante en un cambio de orientación de Cabrejo en diagonal sobre Souto, que sorprende al joven lateral Mateo a su espalda. El defensa agarró al coruñés cuando encaraba portería y el árbitro decretó la falta al borde del área y la sancionó con roja directa. La acción fue redonda para los visitantes, porque ejecutó Álex Blanco y marcó por el lado de Vila. Con 0-1 y diez jugadores, el partido era ya una cuesta empinada para los locales. El técnico dio entrada en el descanso a Rubén, que se situó de lateral izquierdo, por Muradás, pasando Nel a medio derecho.
Al Sanxenxo no le quedó otra quen arriesgar. Se estiró y adelantó líneas. El Órdenes, siempre con los cuatro defensas y Cea por detrás del balón, esperaba sus ocasiones para sentenciar a la contra. Y fueron llegando una tras otra. A cada cual más clara. Primero la tuvo Álex Blanco a la salida de un córner, con un remate con el pie en el punto de penalti. Luego Ángel, que a puerta vacía y en área pequeña envió por encima del larguero a pase de Juampa. Posterioremente fue Souto el que perdonó en un mano a mano ante Vila al efectutar una vaselina defectuosa.
A la cuarta rompió el cántaro. Álex Blanco,  arrancando en posición  más que dudosa, batió a Vila con un disparo cruzado. Parecía la sentencia, pero el Sanxenxo encontró el gol en la jugada siguiente. Ramón y Cuchi pelearon un balón aéreo que acabó introduciendo con el puño Mario en su intento de despeje. Parecía que había partido a falta de un cuarto de hora, pero llegó otro error, esta vez en el área local que supuso el 1-3. En un córner Ángel redondeó su gran partido cabeceando en área pequeña a placer tras quedarse enganchado en un bloqueo su marca.
De ahí al final el Sanxenxo siguió revelándose ante sus circunstancias y encontró otro gol, en un regalo del árbitro. Un penalti en el 87 por mano de Torres, totalmente involuntaria. Marcó Nel otorgando algo de emoción a los instantes finales. Esta vez el Órdenes ya no hizo concesiones. Al Sanxenxo, plagado de bajas, le faltaron fuerzas y cambios

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