El Villalonga destituye a Óscar García y Antonio queda como técnico interino

Óscar García salvó el primer ‘match ball’ pero no pudo con el segundo. Los últimos resultados y la mala clasificación del equipo, muy lejos de la cabeza de la tabla, donde se supone que debería estar, han llevado a la directiva presidida por José Miniño a tomar la decisión de cambiar de entrenador. Tras la reunión mantenida el lunes por la noche los dirigentes acordaron destituir a Óscar, decisión que le comunicaron por la tarde en la sede del club y tras la cual el técnico moañés subió al campo del Revel para despedirse de los jugadores. Un momento difícil para Óscar y para los futbolistas, pues el vestuario celeste está muy unido y el entrenador contaba con respaldo en la plantilla.
Óscar recibió con pena la noticia pero era consciente de que podía pasar. Es un entrenador joven y esta es su primera destitución, pero como futbolista lo ha vivido todo y sabe perfectamente como funciona esto del fútbol. Y más si estás en un club con la exigencia del Villalonga, donde nadie oculta que el objetivo es pelear por el ascenso. El propio Óscar García reconoció desde el inicio que esa era la intención, la de estar arriba. Por ello asumió la decisión de la directiva con elegancia y sin generar ni la más mínima polémica. Una actitud que incluso sorprendió gratamente a los directivos porque en estos casos siempre suele haber tiranteces. “Portouse como un auténtico caballero e non puxo ningún impedimento. Para nós é unha decisión difícil e un momento que non desexabamos, pero él entendeuno perfectamente e iso é de agradecer”, dicen desde el club.

solución provisional
El Villalonga no estaba buscando entrenador. Lo hará a partir de ahora. “Non íamos buscar a ninguén mentres Óscar estivera no cargo”. Y de hecho, han otorgado la responsabilidad de dirigir al equipo de modo provisional a Antonio, el centrocampista del equipo que tiene título nacional y que es el entrenador de los juveniles. Incluso es probable que dirija al equipo el domingo en O Barco. Y es que no quiere precipitarse en el club, “imos a buscar adestrador con calma”, señalan. Opciones van a tener muchas porque el Villalonga es un caramelo, un dulce que todos quieren saborear. Por el momento ya han empezado a sonar algunos nombres y el de Manolo Núñez lo hace con fuerza.