Un amplio y enigmático reguero de gotas y manchas de sangre apareció a primera hora de la mañana de ayer por varias céntricas calles de Riveira, de las que por el momento nadie sabe nada. Pese a que en algunos de los puntos, que son muy transitados, se concentraba una mayor cantidad de ese fluido rojo y viscoso, esa circunstancia pasó desapercibida para numerosos viandantes, que sólo se detuvieron al comprobar que había algún fotógrafo tomando imágenes de la misma. Uno de esos lugares fue la acera que hace esquina entre las calles Rosalía de Castro y Lugo y el cristal de un escaparate de un bajo en obras, junto la parada de taxis y a escasos metros de la casa consistorial. Al seguir el reguero de gotas, se comprueba que se dirige hacia el Malecón, pero en el camino se puede ver que junto a una entidad bancaria próxima hay otra acumulación importante de manchas de sangre.
Desde ahí salta de acera, tras otro reguero de sangre, hasta las inmediaciones de una librería, donde parece que la supuesta víctima o víctimas se volvió a detener y derramó otra cantidad importante de ese fluido rojo. No se descarta que pudiera ser de dos personas, pues a continuación hay un reguero que discurre por la Rúa Santa Uxía y otro continúa por debajo de los soportales situado enfrente del Concello hasta seguir por Pérez Galdós. Ambos regueros confluyen en el tramo peatonal de la Rúa de Galicia, incluso delante de otra entidad financiera, pero no se descarta que fuese una misma persona la que estuviera dando vueltas por esa misma zona. La pista se pierde en la intersección de la Rúa Linares Rivas y la Avenida do Malecón, casi a los pies de un conocido bar muy frecuentado por marineros.
En el colectivo de taxistas que trabajan en esa parada no dejaban de preguntarse por lo que pudo pasar y todo eran especulaciones, pues por lo que parece, ni tan siquiera el que estuvo de guardia de madrugada vio lo que pudo pasar. Una persona que frecuenta esa zona manifestó que cuando pasó poco antes de las siete de la mañana por la acera de la parada de taxis no había nada y que cuando regresó por allí en torno a las nueve se la encontró y parecía ser reciente.
Tampoco vieron nada de lo que pudo pasar algunas de las personas que por razones de trabajo frecuentan esa céntrica zona de la ciudad. En los centros sanitario de la localidad o el Hospital do Barbanza tenían conocimiento de que se atendiera a una persona herida de sangre, y las fuerzas de seguridad tampoco fueron alertadas de ningún suceso en el que alguien resultase herido. Pero, al cierre de la edición se hablaba de que pudo haber algún testigo de los hechos.