La ausencia de novedades importantes en el caso de la desaparición en A Pobra de Diana Quer está volviendo a provocar en la localidad la demanda y una llamada a la realización de nuevas batidas para tratar de encontrar indicios que permitan avanzar en la investigación abierta. Algunos ciudadanos apuntan que al igual que se efectuaron rastreos por A Curota con la participación de voluntarios y otras más especializadas por parte de la Guardia Civil en el entorno de Cabío, al igual que se hicieron en un aserradero abandonado en Ponte Beluso o por las inmediaciones del muelle de Taragoña, señalaron que hay zonas sin peinar, como en la parte de O Maño hacia las pequeñas calas.
Este ofrecimiento surge, además de por las ganas que tienen de que aparezca, por la gran intranquilidad que está generando en la población el hecho de que no se conozcan avances y que una parte importante de las informaciones que se están difundiendo no hacen más que, debido a su ambigüedad, contribuir a aumentar la preocupación ya existente. Es por ello que, aunque confían en el gran trabajo que puedan estar realizando los investigadores destinados para esclarecer este complejo caso, no quieren quedarse con los brazos cruzados y contribuir de alguna manera a resolverlo. Algunos llegan a apuntar que aunque el teléfono móvil fue hallado en la bajo el viaducto de Autovía do Barbanza, puede que la adolescente ya no fuera en el vehículo desde el que se arrojó.
Por otro lado, señalaron que por carretera no es la única forma de salir de A Pobra, pues su litoral es muy amplio y en cualquier punto pudo subirse a una embarcación, ya fuese de manera voluntaria o forzosa, sin necesidad de que tuviera que pasar por las instalaciones náuticas pobrenses. Precisan que pudo darse el caso de que los responsables de su desaparición hubieran salido de la localidad en una embarcación desde la playa de O Areal, muy cerca del puente de San Antonio, donde fue vista por última vez por un matrimonio jubilado. Una de sus hipótesis apunta a que desde ahí fueran bordeando la costa hasta llegar al puente más largo sobre la ría para deshacerse del teléfono móvil. De hecho, algunos vecinos recuerdan que cuando funcionaba la discoteca Bumerang había quienes acudían allí en lancha, mismo medio que usaban para irse.n