La narcoabogada cambadesa Tania Varela será juzgada la próxima semana en la Audiencia de Pontevedra por una causa pendiente por blanqueo de capitales. La Fiscalía pide para ella tres años y seis meses de prisión y una multa de 220.000 euros al considerar probado que cofundó una empresa con la que lavó dinero procedente del narcotráfico mediante la compra de un vehículo y unos terrenos en Porto Meloxo (O Grove).
La historia de la letrada, quien fuera directora del CIM cambadés antes de implicarse en el mundo del tráfico de estupefacientes, es casi de película. El año pasado fue detenida en Sitges (Barcelona) tras cinco años huida de la justicia, llegando a estar entre los delincuentes más buscados por la Europol. Se desconoce si durante ese tiempo, y bajo una identidad falsa, llegó a viajar de nuevo a su pueblo natal, pero lo que es seguro es que el día 28 estará en Galicia para ser juzgada por la Audiencia de Pontevedra por una causa de blanqueo en la que también fue procesado el hijastro de Oubiña, David Pérez Lago. Las diligencias proceden de un juzgado de Cambados y el Ministerio Público considera probado que junto a otro testaferro constituyó en 2005 la mercantil Promociones Rialto mediante la cual habría blanqueado 29.660 euros en la compra de un coche y 45.000 por la adquisición de unos terrenos en Porto Meloxo; dinero que “procedían de su actividad ilícita de narcotráfico”. Y es que esta investigación patrimonial se inició tras la desarticulación de un grupo dedicado al narcotráfico, acusado de introducir dos toneladas de cocaína.
Detalles
Entre ellos estaba la cambadesa y Pérez Lago, pero este y otros acusados reconocieron los hechos y alcanzaron un acuerdo de conformidad con la Fiscalía. Varela fue condenada a siete años de prisión y apeló ante el Supremo, pero perdió y en enero de 2013 se ordenó su ingreso en prisión, aunque nunca ingresó en un centro penitenciario. Meses después, en noviembre, se la citó como testigo en el juicio por el asesinato de su pareja, el abogado Moñux, pero ya se había dado a la fuga.
Así las cosas, la Audiencia Nacional dictó contra ella una orden de busca y captura y también el juzgado cambadés de la causa por blanqueo, pero no fue hasta 2018 cuando se dio con su paradero: haciendo vida normal con su actual pareja y su hija de cuatro años. Desde entonces está en prisión para cumplir los siete años por narcotráfico y ahora se enfrenta a otros tres y a una multa de 220.000 euros por blanqueo de capitales.