La comarca de O Salnés ha alumbrado una nueva asociación para defender los intereses de los viticultores de la DO Rías Baixas. Actualmente cuenta con 200 socios y su principal objetivo es la recuperación del precio de la uva que lleva años por debajo del coste de producción y es el principal problema de un sector “abandonado” y, en ocasiones, “estafado” por bodegas, aseguran desde su directiva. De hecho, además de la labor reivindicativa, ofrecerá formación e información porque detectan una importante carencia al respecto y, sumando todo, el abandono de la actividad es creciente.
En la ejecutiva directiva hay varios ingenieros agrónomos. Uno de ellos es Julio Reboredo, que lleva años trabajando en el sector del vino y además es vocal del Consello Regulador. Ayer daba cuenta de una realidad que está provocando el declive del pequeño viticultor y que comenzó cuando, en 2011, se registró una sobreproducción que tiró los precios de la uva por debajo de los costes. “El sector productor cada vez está peor. La poca gente joven que hay abandona y los mayores se retiran porque no es rentable”, explicó.
"estafa"
En aquel momento, el exceso llevó a un stock de vino en las bodegas y ahora que “se ha aliviado y es razonable, el precio no se recupera”, añadió. De hecho, aseguró que el 50% del fruto se ha pagado por debajo de los costes y que algunas bodegas se aprovechan de la falta de información de los viticultores sobre sus derechos. Reboredo habla incluso de “estafa” a la hora de elaborar los contratos que por imperativo de la Ley de la Cadena Alimentaria deben firmar por la compra-venta. “La mayor parte de los viticultores no lo saben y nadie les informa. Hay muchos casos en que entregan la uva y meses después le llamaron para firmar un contrato con condiciones que desconocían. Están desprotegidos”.
Es más, una de las funciones de la Agrupación Profesional Rías Baixas, que así se llama la asociación, será ofrecer servicios técnicos y administrativos para “formar e informar” al sector y que camine hacia una verdadera profesionalización. Y es que consideran que hay un vacío al respecto que, precisamente, deja al agricultor “desprotegido” para defender sus derechos, y en una situación de desconocimiento para seguir trabajando, como es el caso de la nueva normativa de fitosanitarios.
En su opinión, los sindicatos “no están haciendo absolutamente nada” y el Consello “lo está haciendo muy bien en promoción y ventas. Cada año se vende un millón de litros de vino más, pero la atención al viticultor se está dejando de lado”, añadió el directivo.
La entidad se presentó ayer en Dena (Meaño) y actualmente cuenta con 200 socios, pero su objetivo es alcanzar los 500. De hecho, a partir de enero empezarán a celebrar charlas por diferentes municipios del territorio vinícola.