El suceso registrado poco después de las dos de la tarde del sábado en el polígono de Couso, en la parroquia riveirense de Aguiño, cuando dos individuos fueron sorprendidos entrando en la nave de Cocedero Barrañamar S.L., y que huyeron al detectar la presencia policial o incluso al saltar la alarma, lo que frustró un posible robo, no ha hecho más que evidenciar que las fábricas abandonadas o que puntualmente están sin actividad se han convertido en objetivo de los ladrones. Una de las que se ubican en esa misma zona y fue prácticamente saqueada es la de Conservas Selectas Mar de Couso, en donde la Policía ya sorprendió y detuvo alguna vez a los cacos. Su cierre metálico está roto por varios sitios, lo que facilita el acceso de los amigos de lo ajeno.
La hatchery o planta de producción de almejas que varios parquistas, agrupados en la firma Inprocar de Carril S.L., pusieron en marcha con todo el equipamiento necesario a unos metros de Cocedero Barrañamar, ya fue asaltado hace menos de dos años y los ladrones se llevaron un botín valorado en unos 300.000 euros, en maquinaria, equipos informáticos, material de laboratorio y mobiliario. Sin embargo, hace unos días los cacos se llevaron las puertas y ventanas, que fueron arracadas de cuajo, según apuntó algún vecino de la zona, que añadió que de no tomarse medidas será desvalijada por completo como sucedió con la planta de Conservas Castiñeiras, de la que tan sólo queda en pie, pero de forma parcial, su estructura de paredes.
Además, los ladrones también están centrando sus miradas en las casas deshabitadas o abandonadas, principalmente para llevarse todo lo que puedan usar como chatarra, como sucedió hace unos días en una casa del lugar pobrense de O Sobral. Una llamada a la Policía Local y la llegada de esta última al lugar provocó la huida de los cacos en un furgoneta de color blanco. n