El Ribadumia puso fin a su crisis de resultados con una victoria sin brillo ante el Pontevedra B que le permite afianzarse en plaza de ascenso tras una jornada en la que le favorecieron los resultados de sus rivales directos. Álex Gómez, con dos goles en la segunda parte, resolvió un duelo en el que el filial plantó batalla en todo momento.
El Ribadumia no estuvo cómodo en la primera parte, se encontró con un rival bien organizado y que mordía en la zona central donde acumulaba muchos jugadores preocupados en dificultar las triangulaciones locales. El Pontevedra B mantuvo un ritmo alto en la presión durante los primeros 20 minutos, luego bajó un poco pero eso no impidió que los de Leis estuvieron incómodos.
Tan solo la actividad de Nelo y las apariciones esporádicas de Álex Gómez daban un poco de fluidez al juego del Ribadumia. Los locales tampoco sacaron excesivo partido a las bandas, por lo que sus únicas ocasiones llegaron tras robos en la medular y transiciones rápidas a la espalda de la zaga visitante. La primera la tuvo Changui tras pase interior de Pablo Piñeiro, pero el remate abajo y centrado del boirense lo despejó con el pie Adrián. La segunda, ya en el minuto 36, fue en un pase interior de Álex Gómez sobre la carrera de Piñeiro, pero el control de este se fue largo y de Adrián, muy valiente, atrapó tirándose al suelo. El Ribadumia se fue al descanso con la sensación de espesura en su juego y sin generar ocasiones claras, aunque también con Pajarillo inédito ante un rival más preocupado de contener y no perder el orden.
Nada más comenzar la segunda mitad y bajo un auténtico diluvio, Álex Gómez y Changui trenzaron una acción combinativa con pase picado del punta y control y definición certera del ex del Boiro. El gol, una demostración de calidad técnica de ambos, dio tranquilidad a los locales. Habían hecho lo más difícil, que era abrir la lata. El Pontevedra B se estiró, al menos lo intentó, y tuvo su gran ocasión para empatar tras acción de saque de banda. Diego remató solo en el punto de penalti y salvó Pajarillo. Con los cambios (en el Pontevedra B el central Collazo pasó a jugar en punta) el filial empujó y el Ribadumia encontró más espacios a la contra. Así llegó el 2-0. En una jugada con espacios que llevó Sylla, el balón llegó a la derecha para que Álex de certero remate batiese a Adrián.
El Ribadumia perdió el control del juego con la marcha del goleador, su sitio lo ocupó Borja en mediocampo. El filial,  sin nada que perder, se volcó y tuvo ocasiones para reducir la renta, pero Pajarillo estuvo acertado.
Recuperado el crédito el Ribadumia tendrá un test de mucha exigencia la próxima semana ante un Lalín que lleva 7 victorias seguidas y puja por subir.