Con una carta manuscrita y presentada por Registro en el Concello el pasado 25 de abril, Vanessa Rodríguez renuncia a su acta de concejal en favor del PSOE y pone fin así a dos años de nula participación en la vida municipal y a una pseudo crisis reflejo de la que el partido vive a nivel estatal.
La renuncia de Vanessa Rodríguez, sin embargo, tiene para el PSOE local consecuencias más graves de las que sus responsables quieren hacer ver. Y es que el debate sobre quién debe sustituirla, ha abierto ya un debate interno.
Vanessa Rodríguez alega en su carta de renuncia motivos personales y discrepancias con sus compañeros del grupo municipal, especialmente con Dulcinea Aguín. La portavoz municipal siempre ha negado este extremo y circunscribe las desavenencias al ámbito estrictamente político.   Insinúa que se dejó utilizar por quienes promovían un cambio en la ejecutiva local y llegó a presentar candidatura a un congreso local contra José Buezas, que perdió.
Vanessa Rodríguez presentó un recurso por presuntas irregularidades en la elección de Buezas. Fue desestimado por el PSOE y la edil se dio cuenta de que sus repaldos a nivel provincial no eran muchos. Ahora dice que seguir sería perder el tiempo  y que en el PSOE solo están “preocupados por sus sillas y por repartirse lo que queda”.
Con todo, la distancia entre ella y sus dos compañeros de grupo municipal no fue mayor que hasta ese momento. La llegada de José Buezas a la secretaría general del PSOE no dejó indiferente a nadie dentro de la agrupación local. Él tiene claro cuál es el proyecto que el PSOE debería presentar a los vecinos en 2015 y comenzó a trabajar en esa línea. Lo hizo con una política de integración, que le han llevado a instaurar reuniones periódicas y una antes de cada pleno. De esta forma los militantes pueden hacer llegar al PSOE sus inquietudes para que sean trasladadas a la Corporación y pueden acceder a información de primera mano sobre lo que hace el grupo municipal. Vanessa Rodríguez era convocada a esas reuniones. Pero su participación no era especialmente activa.
En lo que a trabajo activo se refiere, su marcha apenas se dejará notar ni en el grupo municipal ni en el seno de la agrupación. Para Vanessa Rodríguez atrás quedan aquellos tiempos de implicación con el PSOE en los que se ocupaba —de forma asalariada— de la atención de la sede.
Pero la renuncia de Vanessa Rodríguez —que no comunicó a sus compañeros de grupo ni de ejecutiva— genera un profundo debate en el seno de la agrupación socialista, que no puede permitirse cometer más errores en la elección de sus concejales.
El siguiente en la lista es Pablo Piñeiro, un joven presentado en campaña como una “promesa de las juventudes”. Actualmente juega se encuentra fuera de Sanxenxo, pero está previsto que regrese en unas semanas. La primera reunión para analizar la situción será el próximo miércoles.