ALGO aprendió Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, en la reunión que mantuvo poco antes de Navidad con el todopoderoso Caballero, don Abel. Aún se le ve un poco verde, carece de la soltura del alcalde vigués, que se crece en cuanto se cuelga del cinto el Magnum 45 para imponer la ley a este lado del río Lagares, pero el Príncipe de las Mareas ya se atreve hasta a lanzar un ultimátum. Es verdad que se trata de la versión mareante de un ultimátum, pues puede acabar estallándole en la cara, pero de entrada consigue dar la impresión de que controla la situación. De hecho, ha advertido a los socialistas de que si hoy no se pliegan a sus propuestas para los presupuestos, convocará una cuestión de confianza la próxima semana. Si la pierde, que no sería extraño, la oposición debería plantear en un mes un moción de censura, que sería más difícil que saliese a adelante, pero igual el Nordés impulsa al PP y al PSOE a ir del ganchete y alá vai el proyecto de la xente do común. El paraíso corre peligro.