LA POLÍTICA ES VOCACIÓN DE SERVICIO

Es legitimo y la base de nuestra democracia la elección de ciudadanos para ostentar los cargos públicos que se renuevan cada cuatro años. La posibilidad de elegir conlleva obviamente la posibilidad de cambiar al final de la legislatura y optar por otros representantes de la soberanía popular.
Hasta aquí todo impecable y de manual, pero, y el problema es este pero,  parece que más pronto que tarde tendemos a olvidarnos, o ya de partida, algunos no mostramos la intención de cumplir los mandamientos de la ciudadanía pervirtiendo la democracia y causando en los vecinos una desafectación, hablemos claro, de un cabreo de narices, cuando ven en qué ha quedado su voto.
Voy a intentar explicarme, a la política municipal se viene a trabajar para tratar de prestar unos servicios públicos de calidad al menor coste posible, para mejorar el entorno en que vivimos con obras y el cuidado del medio ambiente, para mejorar las condiciones de vida de todos y sobre todo de los más desfavorecidos de una manera solidaria, para colaborar en crear un futuro mejor para nuestros hijos, en resumen mejorar la calidad de vida de todos.
Yo creo que hasta aquí todos los lectores de este diario estarán de acuerdo. Entonces cual es el problema. Pues el problema querido lector es que somos humanos y por lo tanto tenemos virtudes y defectos y aunque la doctrina democrática es clara y diáfana los que la aplicamos a veces somos oscuros y opacos en nuestras intenciones. Hace poco una persona desencantada me decía que la política estribaba en “tu vota lo que quieras que después nosotros haremos lo que nos dé la gana”, y esto me llevó mirar a nuestro alrededor.
Y efectivamente cuando vemos pactos que llevan a gobernar a alguien que solo quitó un concejal, o utilizar el poder para parar obras deseadas desde hace décadas por los mismos ciudadanos que nos eligen no me queda más remedio que casi darle la razón a esta persona que ve pervertido su voto y amenaza con  no volver a votar.  Y digo casi porque por fortuna existe en este país la libertad de expresión y opinión que es una herramienta potente que debemos utilizar para denunciar estas arbitrariedades y corregirlas. En este sentido me van a permitir que me refiera a la falta de madurez y mala fe de la que hace gala la Presidenta de la Diputación de Pontevedra, Dña. Carmela Silva, y el diputado socialista de O Salnés, D. Javier Dios, paralizando una obra reivindicada desde hace 30 años por todos los colectivos y partidos, incluido el socialista.
Tratando de razonar los motivos para obrar de forma tan perversa e intentando comprender este comportamiento debo distinguir entre los dos sujetos de este  “estudio”.
La actual Presidenta de la Diputación está obsesionada con acabar con la obra de su predecesor por el que siente auténtica fobia y llega a perder el sentido de la realidad y del ridículo atacándolo en todo momento. El tratar de destruir y paralizar sus actuaciones  nos recuerda  comportamientos predemocráticos. En cuanto al caso que nos ocupa solo dos pinceladas: Nunca lo haría con una obra en Vigo o en un ayuntamiento de su partido. Pura arbitrariedad.
En cuanto al Diputado provincial de O Salnés y concejal de Vilanova de Arousa, Javier Dios, se mezcla su bisoñez política y una falta de interés por el bienestar de sus vecinos a los que no le perdona que lo hayan rechazado en las elecciones. Esto le lleva a atacar lo que prometió defender en su toma de posesión, los intereses de Vilanova de Arousa, siendo el caso más rápido que se recuerda en este pueblo de traición. Y digo traición y añado falta de principios que es una cosa que debe ser el origen de cualquier trabajo político.
Al vecino cabreado (creo que hasta ahora votante socialista) que me dijo lo de “haremos lo que nos dé la gana” no me queda otra que decirle que con el voto se enseña y se corrigen los malos comportamientos y en todas las fuerzas políticas se encuentran  personajes de esta calaña pero también muchos más que velan por el bien común con una vocación clara de servicio al público.
*Alcalde de Vilanova de Arousa.

LA POLÍTICA ES VOCACIÓN DE SERVICIO

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