Votemos con la cabeza y por el bienestar común

Pasado mañana, día 20, tendremos otra oportunidad (algunos la primera), de hacer uso de nuestro derecho a votar libremente en un proceso electoral para la renovación del Congreso de los Diputados y el Senado de nuestra España, de cuya renovación saldrá un nuevo gobierno del Estado que dirigirá durante los próximos cuatro años la nave de este reino en el que convivimos tantos y tantas españoles y españolas con diversidad de ideologías como se reflejan en el amplio abanico de opciones plasmadas en las papeletas de que disponemos en los colegios electorales. A estas alturas de la campaña electoral que finaliza precisamente hoy, ya hemos visto y oído las propuestas u ofertas de los partidos presentados y de sus candidatos a través de mítines, entrevistas, debates y mensajes en los dispositivos informáticos de que disponemos, por lo que la gran mayoría de los electores tenemos formada una opinión y decidido el voto a favor de la opción que consideramos la más idónea para el gobierno de nuestra nación. Hemos podido valorar el programa de los cuatro o cinco más importantes a nivel del estado, como los populistas de Podemos bajo la dirección de Pablo Iglesias, cuyo discurso dista ya mucho del que nos dirigía cuando hacía campaña para las Elecciones Europeas, pues ahora ya no ofrece un sueldo para cada español porque eso no puede ser y además es imposible. Que madure más y hablaremos. También hemos escuchado a los Ciudadanos, que representa Albert Rivera, casi el único conocido de toda la formación, los cuales carecen de esa experiencia que se necesita para gobernar aunque sea una comunidad de propietarios, por lo que creemos que necesitan más rodaje en el mundo de la política. A nivel autonómico se nos ofrecen dos partidos que aglutinan los varios nacionalismos, pero sin perspectivas de éxito. Tenemos también al veterano Partido Socialista Obrero Español, experto en tareas de gobierno pero con más sombras que luces en cuanto a la administración de la economía, de la que dependen todas las necesidades de un país, como el trabajo en sus más variados conceptos público o privado, la sanidad, la enseñanza, los servicios públicos, es decir, la vida de un país, y en este aspecto el PSOE, en sus dos etapas de gobierno es lo cierto que ha dejado en la ruina a esta nación, la primera vez bajo el mando de Felipe González y la segunda de José Luis Rodríguez Zapatero. Al final de cada uno de dichos mandatos el electorado encargó al Partido Popular la gobernanza de España y en ambas el partido conservador sacó las castañas del fuego con programas de gobierno serios, viables y efectivos, con los que se logró la necesaria recuperación de la economía y el empleo que son los pilares del bienestar de un país. Este es el panorama que se nos ofrece de cara al próximo domingo y que a criterio del que suscribe no ofrece demasiadas dudas, excepto las de carácter ideológico o sentimental, pero si optamos por la forma más práctica de votar lo tenemos bastante claro dando otra oportunidad al Partido Popular y a Mariano Rajoy para que pueda completar su programa de bienestar común.

Votemos con la cabeza y por el bienestar común

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