Queridos Reyes Magos: Desde pequeño me enseñaron que solamente dejabáis regalos a aquellos que se portaban bien y que, además, para vosotros nada era imposible.
Nuestro caso con el Juzgado número 3 de Vilagarcía es tan insólito y surrealista que no sé ni si con vuestra magia se podrá solucionar.
No funcionó con el “vuelve a casa por Navidad” ni el espíritu navideño de los funcionarios públicos (jueza, fiscal, secretaria judicial...). Sin embargo, en parte lo comprendemos.
Con la crisis económica hay más delincuencia y ellos como trabajadores ejemplares están muy ocupados abriéndole la puerta de entrada al juzgado y de inmediato ya la de salida. Están tan ocupados que no pueden dedicar tiempo a dar resolución a los casos que ya están ganados desde finales de verano.
De nada nos sirvió solicitar el amparo del juzgado ni la ejecución de sentencia, ni nada... Todo ello sabiendo que se trata de la tutoría de una anciana de 81 años enferma de alzheimer. Así protegemos a nuestros mayores desde las administraciones.
Como cumplidores de sueños que sois os pedimos, si es posible, que podamos cumplir el nuestro. Y es que llevamos con este caso desde mayo de 2014 y aún no pudimos hacer realidad nuestro deseo.
Os enviamos nuestra petición por la prensa, que sabemos que la leéis, y así evitamos escribir otra carta a los políticos, como hizo en su día la señora de Murcia.
Lo cierto, queridos Reyes Magos, es que la poca fé que teníamos en los funcionarios públicos (incluidos los de Correos) la hemos perdido por completo y no somos capaces de encontrarla.
Con nosotros se portaron mejor los medios de comunicación y sus trabajadores, a los cuales les damos mil gracias.
Atentamente saludamos a sus majestades y os prometemos que no fuimos tan malos como para que paséis de largo sin dejarnos nuestro regalo más deseado, que no es otro que Mi Madre.