Aparte del contenido un tanto esperpéntico del programa de fiestas de La Coruña, apresurémonos a corregir el “zocazo” que han protagonizado sus autores.
En esa especie de saludo que le han redactado al alcalde de la ciudad y que abre el seudo programa, figura una firma, como si el munícipe fuera el auténtico padre del texto: “Excmo. Sr. D. Carlos Negreira Souto, alcalde de A Coruña”. Pues no y mil veces no, queridos funambulistas. El alcalde de La Coruña no es excelentísimo señor, sino ilustrísimo señor. El ente, el Ayuntamiento, sí que es excelentísimo Ayuntamiento, “cabeza, guarda y llave, fuerza y antemural del Reino de Galicia”.
Ya tiene Negreira bastantes follones con todo lo que tiene, y vienen ustedes y le hacen desbarrar: ¡Coitado! A ver si aprenden para otra –¿la habrá?– edición. Por otra parte, todos los coruñeses de cuna, de convicción y de corazón lamentamos profundamente que Negreira rechazara el plan de negocio para los taxis.
Una propuesta en que se rogaba que los taxistas pudieran ofrecer rutas turísticas en sus vehículos para cruceristas y visitantes. Sería cosa de firmar un convenio entre taxistas, hosteleros, comerciantes y Ayuntamiento para buscar una mayor rentabilidad al turismo con nuevas iniciativas.
Y ello sería de sumo interés en las actuales circunstancias. La tremenda crisis “rajoyana” tiene unas horas sumamente bajas al sector del Taxi: Ha bajado tremendamente la facturación. La gente va a pie o toma el bus. Si no tenemos para pan, mal podremos comprar estampitas.
Yo me canso de luchar, por activa y por pasiva, contra este desgobierno municipal. Voy a pedirle ayuda a mi entrañable colega Villot, cuya pluma acerada y certera quizás cause más impacto en mentes descerebradas.
De todas formas, los pelotilleros sobran.