NOS FALTA UN HERVOR

En febrero del año pasado, el político liberal inglés, Cris Huhne, dimitía de su cargo de ministro de Energía después de que la Fiscalía informara que sería procesado por intentar eludir una infracción de tráfico cometida en 2003, cuando fuera pillado conduciendo a excesiva velocidad. Huhne pidió a la que entonces era su mujer que asumiera por él la pérdida de puntos en el carné de conducir.  

“Lamento la decisión de la Fiscalía. Soy inocente de los cargos, mi intención es la de combatirlos en los tribunales y estoy convencido de que un jurado me dará la razón”, decía el propio Huhne hace un año, cuando anunciaba su dimisión como ministro.  

Pero el juez no le dio la razón y en febrero de este año fue procesado -Huhne renunció al acta de diputado- y hace tres semanas se conocía la sentencia que le condenaba a ocho meses de cárcel por haber mentido, de los que cumplirá entre dos y cuatro.

La democracia y la justicia británicas son así. Un juez independiente aplica la ley sin “distracciones” procesales y manda a un político a la cárcel por obstrucción a la justicia, advirtiéndole además que “engañando no se puede hacer carrera política”, que en su caso era prometedora.

¿Funciona igual la justicia en España y en Galicia? ¿Llegaremos a leer una sentencia similar? ¿Algún juez se atreverá a condenar a un político en activo o a un dirigente de un partido por obstrucción a la justicia, práctica habitual de todos para retrasar procesos y evitar condenas? Dicen los que saben de asuntos judiciales que la mayor parte de los  procesos de corrupción abiertos, con delitos mucho más graves que una simple infracción de tráfico, acabarán “descarrilando” o se irán diluyendo en el tiempo. En los casos Nóos, Gürtel, Bárcenas, ERE Andalucía, Pujol-ITV, o los cercanos Campeón y Pokemon, por citar solo los más llamativos, se extiende la sospecha de que o las pruebas “no serán concluyentes” para inculpar, o habrá chivos expiatorios e impugnaciones, o se producirán peleas entre juzgados y jueces por competencias o algún “lamentable” error en la instrucción -como en el caso reciente de la mafia china-  que “justificarán” anular todo el proceso. En esto parece que anda la trama Gürtel.  

A algunos de nuestros políticos les falta decencia y a nuestra democracia e instituciones,  incluida la judicial, les falta un hervor para alcanzar la madurez de la democracia e instituciones británicas y de otros países.

NOS FALTA UN HERVOR

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