Salvo giro de guión, a la moda murciana, el presupuesto de Cambados no prosperará en el Pleno del jueves. No lo hará entonces, pero es más que probable que acabe haciéndolo a medio plazo si el bipartito opta por vincularlo a una cuestión de confianza.
El BNG anunció ayer que votará “no” al documento económico, tanto en la comisión del lunes como en el plenario del jueves. El motivo, las formas. El Bloque acusa al gobierno de tener una “nula intención de negociar”. Con este portazo, las miradas se van al PP. Porque aunque Pode celebró en los últimos días un principio de acuerdo con el ejecutivo, su voto, por sí solo, no suma.
Los populares decidirán el lunes qué hacer, en una reunión de partido antes de la comisión. No obstante, Luis Aragunde despejaba ayer también bastantes dudas. Agradece el trato “cordial” del bipartito, pero lamenta que “non cederan en absolutamente nada”. Así que los populares tampoco parecen muy por la labor de facilitar el terreno a PSOE y Somos.
El intrincado camino
Si, como parece, el presupuesto es rechazado el jueves, el bipartito podría hacer uso de la cuestión de confianza anunciada. Eso obligaría a volver a votar el documento en otra sesión y vincular su aprobación con la continuidad de la alcaldesa. El BNG contestaba ayer que, si nada en la actitud del gobierno cambia, el voto entonces será igualmente no. Pero el bipartito tiene opciones. Porque para tumbar definitivamente el presupuesto y para desalojar a la alcaldesa, la ley obliga a presentar y aprobar una moción de censura posterior. Y por ahí los nacionalistas no están dispuestos a pasar. Víctor Caamaño fue rotundo ayer al reafirmar que no entregarán la Alcaldía a los populares. Por eso, no apoyarían ni siquiera la iniciativa de la moción, con lo que el PP por sí solo se quedaría sin la mayoría necesaria para registrarla.
Si finalmente se ha de llegar a tal extremo, la no tramitación o aprobación de la moción de censura en un mes terminaría garantizando la continuidad de la alcaldesa y la aprobación de los presupuestos, de forma automática una vez expire tal plazo.
Un mecanismo que el gobierno conoce, pero que tampoco es de su agrado, por el tiempo que se consumirá entre tanto. Así lo entiende el edil de Economía, Xurxo Charlín. “A nós, ao final, se non é dunha forma ou doutra imos ter que aprobalo”, pero “hai campañas e accións que non poden esperar. Limpeza de colexios, axudas, servizos sociais, pagos a autónomos e empresas... Urxe a aprobación, pola xente que máis o precisa, en plena pandemia. A oposición ten que entender que nós temos que gobernar e que con este bloqueo a quen perxudican é aos veciños”. Redunda en que hay voluntad de acuerdo, “desde outubro” y con un ciclo de reuniones con todos que, señala, no se hace en otros concellos del entorno.
“Prepotencia”
El BNG compareció ayer para explicar su postura. Y esta fue de absoluta crítica con las “formas” en que el bipartito encaró la negociación, que los de Caamaño definen como “non honesta”. Por ello, pide al gobierno que si quiere su apoyo en la votación “reflexione”, “pospoña o Pleno” e “inicie unha negociación seria co único grupo que pode chegar a apoiar o documento”. El portavoz afirmó que esta decisión fue unánime en la asamblea nacionalista. Y explicó por qué el Bloque siente que estas reuniones estuvieron faltas de buena fe.
Consideran que es difícil “falar se ao día seguinte sempre che poñen a parir na prensa”. Recordó que ya en octubre reclamaron el borrador del presupuesto, pero que no fue hasta hace quince días que se les aportó un primer esbozo, sin detalle de partidas. Finalmente, el documento completo les llegó, pero “unha semana antes do Pleno, o mesmo que facía o Partido Popular durante case trinta anos, pero coa diferenza que o PP tiña maioría absoluta e eles non a teñen. Son incapaces de entender a situación”, de que “teñen un goberno en minoría”.
Tal es así que Caamaño insite en su papel al inicio del mandato: “Nós non apoiamos un goberno, apoiamos a Fátima Abal como alcaldesa. Pero non nos gusta o goberno que deseñou”. Así, insisten en esa “nula intención de negociar” y en que se trata a la oposición con “prepotencia e desprezo”. El documento no solo se les habría aportado tarde y con prisas, si no que se hizo bajo la amenaza de aprobación o cuestión de confianza. “Un ‘si ou si’ non é un principio axeitado do que partir para enfrentarse a unha negociación honesta”, opina Caamaño.
El Partido Popular
BNG y PP coinciden en una crítica nuclear al planteamiento del gobierno: El de no incluir en los presupuestos el Plan Concellos. No figura por una cuestión técnica, fundada en el parecer de Intervención. Pero la oposición sabe que al quedar fuera este gran paquete inversos, ellos no tienen capacidad de decidir sobre la mayoría del dinero que se va a obras. Así, más del 80 % del presupuesto se va a pagar personal y gasto corriente, evidenciaba Caamaño. Tampoco convence a Aragunde que se prometa incluir sus propuestas con cargo a un préstamo, a futuro. “Iso non é negociar o presuposto”. “Se as nosas obras non se inclúen neste documento e eles non retiran as partidas das liberacións, entón o goberno non está cedendo en nada”, concluye.