Lo que queda del 15-M

Diez años después de la que fue la mayor manifestación ciudadana, Joaquín Estefanía en El País recopila toda la información recogida en numerosos libros y artículos del mundo entero, que examinan el fenómeno que, partiendo de la Puerta del Sol madrileña y que se extendió a muchas ciudades del país y llegó a medio mundo a través de las redes sociales que intercomunican a los jóvenes en todo el mundo. Se ha dicho que el único preferente de este movimiento puede ser el mayo francés
Por ejemplo para The Guardian fue “el acontecimiento político más importante en España desde la muerte de Franco”
Al grito de “no nos representan”, los acampados bautizados de forma despectiva como “perroflautas y yayoflautas” para descalificarlos, venían a cambiar la política en general y, sobre todo, a llevar a la calle los problemas de los que no se ocupaban los políticos profesionales.


Se organizaron debates, hay un importante material reflejado en libros y artículos, y se apuntan soluciones para una sociedad castigada por la corrupción y la crisis entre un sector de la población juvenil: un paro del veintidós por ciento que se elevaba al cuarenta y siete por ciento entre los jóvenes .¿Y hoy? Hoy tienen 29 años, viven a cuenta de sus padres o están empleados con sueldos raquíticos y contratos precarios
Visto y analizado diez años después, es justo reconocer que muchas cosas han cambiado y, a la vez, constatar que aún falta mucho para cumplir la herencia que dejó aquel movimiento que en su día fue apoyado –según encuestas oficiales– por el ochenta por ciento de la población. Aquella revuelta de Madrid se extendió por toda España y “se exportó” a medio mundo. En Estados Unidos las manifestaciones se celebraron en el centro financiero neoyorquino meses después, bajo un lema parecido al “no nos representan” español, al afirmar que la política estadounidense se olvidaba del noventa por ciento de la población.


Aquellos jóvenes airados –ya dijimos que había gentes de toda edad y que encontraron eco en ciudadanos de diversas edades– fueron caricaturizados por buena parte de los medios de comunicación y despreciados en un principio por los partidos clásicos. Y es que significó un verdadero tsunami.


¿Qué nos queda de aquel quince de mayo? La herencia no es poca y, de alguna que otra forma, si las cosas no cambian la ciudadanía volverá a reflexionar si quienes nos gobiernan nos representan o no.


Lo que queda del 15-M

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