Un padre se enfrenta a 32 años de cárcel por delitos sexuales y maltratos a su hija menor de edad

Un padre se enfrenta a 32 años de cárcel por delitos sexuales y maltratos a su hija menor de edad
El juicio contra un padre barbanzano se celebrará a puerta cerrada en Santiago

Treinta y dos años de cárcel. Esa es parte de la condena que le pide la Fiscalía a un barbanzano que el próximo viernes se sentará en el banquillo de los acusados de la sección compostelana de la Audiencia Provincial para responder en un juicio, que se celebrará a puerta cerrada, de un delito de agresión sexual y tres de abusos sexuales, así como otros cuatro de maltrato y uno más de maltrato habitual a su hija cuando era menor de edad y convivían en el domicilio familiar. Se trata de una causa que procede del Juzgado de Instrucción Número 1 de Ribeira y el Ministerio Público también solicita para el acusado la prohibición de acercamiento a menos de 200 metros del domicilio, lugar de trabajo y cualquier lugar en el que se encuentre su hija y de comunicarse con ella durante 14 años, y 13 años de privación del derecho de tenencia y porte de armas.


Según se recoge en el escrito de acusación de Fiscalía, los hechos que se le atribuyen tuvieron lugar entre septiembre de 2005 y enero de 2018, cuando su hija tenía entre 6 y 18 años. Describe las agresiones y abusos sexuales a la chiquilla, en los que el padre aprovechó la ausencia de la madre,-ingresada en un hospital- o usando los pretextos de limpiarle hongos o buscar bultos o deformidades en sus partes íntimas. Relata que, con 7 años, la niña le contó a su progenitor que sufría acoso escolar y él “se mofó de ella y le vertió un bote de azúcar por la cabeza”, y que con 12 años fue a buscarla y la agredió con manotazos y agarrones por irse de casa sin su permiso.


El Ministerio Público sostiene que, tras sufrir la muchacha con 14 años un accidente de tráfico, el padre se burló de ella y la culpó de ello, además de obligarla a ducharse por las noches, “sabiendo que ésta sufría otitis y que le causaba grandes molestias al dormir, por lo que ella empezó a negarse, llegando a tirarle encima un cubo de agua sucia y lejía en una ocasión y en otra le propinó puñetazos en la cabeza tras una discusión, estando aún convaleciente del accidente, con hierros en el cuerpo y a pesar de ser consciente de que su hija había sufrido en el mismo dos contusiones cerebrales”, precisó.


La Fiscalía señala en su escrito que, cuando la víctima tenía 15 años, su padre la golpeó en las piernas tras una discusión, estando la menor recostada en la litera de su habitación, arrastrándola y tirándola y rompiendo la cama. Añade que a finales de 2017 el padre le propinó puñetazos en al cabeza tras discutir debido a que la hija llevó un perro al domicilio familiar, y que a finales de enero de 2018 ella fue a comer con sus padres y, en una discusión por la comida, el padre se alteró, gritó, tiró la comida y le dio puñetazos a la puerta y pared e intentó agredir a su hija, pero la madre lo impidió interponiéndose entre ambos.


“Lo cierto es que la menor sufría habitualmente puñetazos en la cabeza y cuerpo y tirones de pelo, así como insultos, como “tonta, parva”, y le decía que no servía para nada, que la iba a internar en un centro de menores, que iba a acabar en una silla de ruedas o vegetal. Nunca acudió a un centro médico por las agresiones sufridas”, concluye la fiscal.

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