Una Romería Vikinga sin desembarco, pero con el espíritu festivo palpitando en las Torres

Una Romería Vikinga sin desembarco, pero con el espíritu festivo palpitando en las Torres
La edición de 2021 no contó con el tradicional desembarco vikingo en Catoira, pero sí con una incursión por las aguas del río Ulla | m. ferreirós

En Catoira hay ganas de que la Romería Vikinga vuelva a ser lo que era antes. Esa sensación se respiraba ayer en las orillas del Ulla y en el entorno de las Torres do Oeste en una nueva edición marcada por la pandemia del coronavirus. Una edición, sin embargo, en la que los catoirenses volvieron a derrochar ingenio y ganas de pasárselo bien. Desempolvaron los trajes de vikingos que llevaban en el armario desde agosto de 2019 y decidieron que, aunque no iba a haber desembarco, iba a haber alegría y ganas tanto en tierra como sobre los drakkar que surcaron el Ulla en la incursión pensada para la Romería tan particular de este año. Los vikingos que viajaban en las embarcaciones se adaptaron a los tiempos con mascarilla, pero no abandonaron el espíritu guerrero que los caracteriza año tras año. Que la Romería Vikinga sea Fiesta de Interés Turístico Internacional -la primera de la Ría de Arousa- no es casualidad, y buena muestra de ello es que es un evento que empapa hasta el tuétano a cada uno de los catoirenses. Y en todos los sentidos. La lluvia hizo su aparición a última hora de la mañana en la Ría, pero el ánimo de los presentes no decayó. Lo cierto es que era difícil que se viniesen abajo porque, nada más terminar la incursión por el Ulla, Baiuca arrancó con su mejor repertorio en la tierra que lo vio nacer. La programación de la Vikinga 2021 dejó claro que en Catoira sus artistas sí son profetas en su tierra. Se despidió el día grande de la Vikinga sin aglomeraciones -la situación no anima a ello, ni tampoco lo permite- pero sí con la esperanza de que en 2022 se pueda representar en torno a las Torres do Oeste uno de los hitos más importantes de la historia de Galicia y en el que Catoira tiene un papel protagonista.


Los vikingos volverán a Catoira y los lugareños volverán a emular un episodio épico. Habrá que esperar, al menos, hasta 2022, pero ayer dejaron a los presentes con la miel en los labios.

Una Romería Vikinga sin desembarco, pero con el espíritu festivo palpitando en las Torres

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