Los graves incendios que han castigado el noroeste peninsular durante el mes de agosto han establecido un escenario diferente a cualquiera de los que se hubieran visto antes.
Los incendios de Larouco, Chandrexa de Queixa y Oímbra han sido los mayores de la historia en Galicia desde que hay registros.
1 Los peores incendios de la historia de la comunidad.
En 2022, en una temporada terrible de fuegos, la superficie total ardida fue de 44.000 hectáreas, lo que casi ocupa por sí solo el mayor de estos tres de 2025. Según cifras de ayer, Galicia, con algo más de 115.000 hectáreas quemadas, sería la segunda autonomía con mayor extensión afectada, especialmente en Ourense, donde ardieron cerca de 105.000 hectáreas. Los propios ingenieros aseguran que estos son incendios contra los que no se puede luchar.
“Generan pirocúmulos, descargas eléctricas a bastante distancia de donde está el fuego y generan segundos y terceros focos a raíz del primero”, explican. No son combatibles llamas de veinte metros con una brigada de bomberos forestales. No son combatibles energías multiplicadas por setenta con unas descargas de agua que a lo mejor no son capaces ni de llegar a la llama porque se evaporan antes, explican los expertos.
2 Petición de efectivos y de movilización del Ejército
Ante lo inusual de la situación, la Xunta mobilizó a todos sus efectivos y procedió a pedir ayuda al Gobierno central y la puesta en marcha del Ejército, una decisión que se ha convertido una lucha constante con la Moncloa. La solicitud de recursos la hicieron los técnicos del Centro de Coordinación instalado en Ourense con la instrucción de pedir exactamente aquello que se creía que se necesitaba cuando se necesitaba.
La Xunta reveló que cuando llevaba días pidiendo auxilio se encontró con que se le reclamaba una “relación oficial” en la que las necesidades gallegas fueron atendidas “solo en parte”, señaló Rueda, que puso como ejemplo que se solicitaron dos helicópteros de coordinación y lo que se recibió fue “un helicóptero con dos coordinadores que tardaron tres días en llegar”, aparte de tres buldócers de los veinte pedidos y motobombas que no llegaron.
“Hicimos una petición razonable y una parte importante no fue atendida”, resumió Alfonso Rueda, quien también reprochó las “reticencias” para movilizar al Ejército en los primeros días, algo que sostiene que nunca entenderá.
3 La prioridad de salvar vidas
Desde un primer momento, los responsables de la Xunta fijaron la prioridad de salvar vidas. Se protegieron las zonas habitadas, las industrias y los negocios. Esto se hizo, reconoció Rueda, “a costa a lo mejor de no estar en el monte, pero a todo no se podía estar”.
4 Rueda permanece al pie del terreno
Durante los peores días se hizo habitual la imagen del presidente de la Xunta en los lugares más afectados por la catástrofe, donde se lamentó en repetidas ocasiones de no haber podido “llegar a todas partes”. Mientras consultaba in situ con los principales responsables de las tareas de extinción, el presidente gallego señalaba que comprendía “el enfado de la gente y la angustia”.
Estas declaraciones se intercalaban con los llamamientos a la oposición para que fuese ”constructiva” en vez de “dar datos falseados”.
“Yo como sé la tensión que hubo desde el principio les digo que no busquemos más tensión, al menos más de la necesaria. Si quieren ser constructivos con aportaciones serán bienvenidos y si no será la oposición de siempre”, esgrimió, en declaraciones a los medios durante su visita a Oia, una zona duramente castigada por el fuego mientras recordaba que muchos de sus críticos seguían “de vacaciones”.
5 Puesta en marcha de ayudas inmediatas
Una de las prioridades, recordó el presidente de la Xunta, es ayudar a quienes han perdido sus bienes o sus negocios.
Las primeras movilizaciones llegaron pocos días después de estallar la crisis cuando la Consellería de Medio Rural anunció que la Xunta proveería de alimentación para el ganado a todas las explotaciones ganaderas afectadas por los incendios.
Pocos días después, el gobierno gallego facilitaba a los apicultores afectados por los incendios el acceso gratuito a parcelas del Banco de Tierras para que las colmenas pudiesen alimentarse.
Tras las primeras medidas de emergencia se aprobará un paquete de medidas que se detallará mañana, tras el consello extraordinario que se celebrará en Ourense. Rueda ya adelantó ayer que habrá 16 oficinas para ayudar a los afectados a solicitar las ayudas. A estos lugares se desplazarán funcionarios de la Xunta para ayudar en el papeleo, aunque también se intentará que la tramitación sea “lo más sencilla posible” y se pueda hacer el pago “rápido”. Rueda ha contrastado esta actuación con la del Gobierno central, que este miércoles aprobó la declaración de zonas de emergencia, ya que considera que el Ejecutivo se ha limitado a hacer “primero la declaración burocrática” y será después cuando lance las ayudas, mientras que en la Xunta son más “eficaces” y lo harán “todo junto”.
El incendio de Carballeda de Valdeorras, parroquia de Casaio, quedó ayer estabilizado y solo quedan dos fuegos activos en Galicia: el de A Pobra do Brollón, en Lugo, ya con la situación 2 desactivada, y el de Avión, en Ourense.
La Consellería de Medio Rural, informó de que el incendio de Carballeda de Valdeorras, que también afectó al municipio de A Veiga, fue perimetrado hacia las 21.00 horas tras haber calcinado 5.000 hectáreas.
Además, quedó extinguido el incendio de Carballedo en Lugo, parroquia de A Cova, que finalmente afectó a una superficie de 118,6 hectáreas.Permanecen activos los de A Pobra do Brollón-Abrence (900 hectáreas y desactivada la situación 2 ayer), en Lugo, y Avión-Nieva (250), en Ourense.
Están estabilizados los incendios de Chandrexa de Queixa y Vilariño (19.000 hectáreas); Larouco-Seadur (30.000); Oímbra y Xinzo de Limia (A Granxa y Gudín, 17.000); A Mezquita-A Esculqueira (10.000); y Carballeda de Avia y Beade (Vilar de Condes y As Regadas, 4.000), todos en la provincia de Ourense, así como el de A Fonsagrada-San Pedro de Río (40), en Lugo.