El 20 de enero del año 2000, se inauguraba el Complejo Medioambiental de Sogama en Cerceda, dando así el pistoletazo de salida a la infraestructura creada por la Xunta de Galicia para dar la mejor gestión posible a los residuos urbanos producidos en la comunidad, conforme a las directrices europeas. Tanto es así, que la Comisión Europea, tras el análisis del proyecto, no dudó en cofinanciarlo a través de los Fondos de Cohesión, concediéndole 72,21 millones de euros a fondo perdido.
La puesta en marcha del Complejo respondía entonces a la necesidad de sellar y clausurar un total de 300 vertederos municipales que no cumplían las mínimas condiciones de seguridad y control, y más de 3.000 puntos de vertido ilegal, enmarcándose su operativa en un plan estratégico definido por tres características esenciales: global (pensado para atender las necesidades de todo el territorio gallego); integral (concebido para aplicar de forma prioritaria el principio europeo de las tres erres -Reducción, Reutilización y Reciclaje-, que Sogama complementa con la Recuperación Energética de la fracción no reciclable); y solidario (con un mismo canon para todos los ayuntamientos adheridos, con independencia de sus particularidades geográficas, orográficas y de población).
Al respecto, cabe señalar que la valorización energética de la parte no reciclable, ya era hace más de dos décadas, y continúa siendo hoy, el tratamiento finalista con menos impacto sobre el medio ambiente y la salud pública, y el utilizado mayoritariamente por los países europeos más avanzados y comprometidos con el medio ambiente, que son precisamente los que más reciclan y menos vierten. Prueba evidente de que reciclaje y valorización energética, lejos de ser procesos antagónicos, son perfectamente complementarios.
En Europa existen 500 plantas de valorización energética, de las cuales 11 están en España (otra más en Andorra), y las comunidades autónomas que disponen de este tipo de instalaciones son las que menos residuos llevan a vertedero (la opción más contaminante), como es el caso de Galicia.
Un informe independiente de alto nivel, asegura que la huella de carbono de la valorización energética es claramente menor que la asociada a la eliminación en vertedero, generando un 175% menos de Gases de Efecto Invernadero (GEI), además de presentar otras ventajas, ya que reduce el volumen de los residuos en un 96-98%, genera muchos menos lixiviados y el control ambiental es mucho más estricto y fiable. De hecho, las plantas de esta tipología son, en el marco del sector industrial, las más vigiladas en sus aspectos medioambientales y objeto de una normativa mucho más restrictiva que la aplicada a otro tipo de infraestructuras, lo que garantiza un funcionamiento totalmente respetuoso con el entorno y la salud pública.
Las bondades del sistema propició que la adhesión de ayuntamientos a Sogama creciese de forma exponencial en poco tiempo: si en el año 2000 eran 71 los que utilizaban los servicios de esta empresa pública, en el 2001 la cifra ascendía a 172, es decir, un 142% más, sumando en 2025 un total de 295 (el 94% de total Galicia), que aglutinan una población superior a 2,2 millones de habitantes.
SU PAPEL DURANTE LA PANDEMIA |
En 2020, los impactos de la pandemia del covid-19 llegan también al ámbito de los residuos. Los sanitarios se ven incrementados de forma notable y las instalaciones que habitualmente trataban estos desechos en Galicia no pueden procesar, por falta de capacidad, la ingente cantidad que se produce a diario. Así las cosas, el Sergas solicitó la colaboración de Sogama para que, en calidad de empresa pública autonómica, pudiese llevar a cabo esta tarea, toda vez que dispone de la infraestructura y tecnología apropiada, siendo la valorización energética el tratamiento recomendado en las instrucciones de los Ministerios de Sanidad y de Transición Ecológica.
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El Complejo Medioambiental de Cerceda se concibe como un todo conformado por distintas plantas, desempeñando cada una la función encomendada, pero operando de forma coordinada y en plena sintonía con las demás para dar el mejor tratamiento posible a los residuos urbanos.
Tras la consolidación del modelo Sogama, los últimos 10 años han sido claves al acometer en el Complejo una serie de mejoras orientadas a prestar un mejor servicio.
SOSTENIBILIDAD Y TRANSPARENCIA |
Todas las infraestructuras de Sogama están dotadas de importantes medidas de control y de protección ambiental, tanto a nivel de emisiones como de depuración de aguas, que garantizan el riguroso cumplimiento de la exigente normativa aplicable. La actividad industrial desarrollada en las mismas se lleva a cabo con las tecnologías más innovadoras que permiten compatibilizar su operativa con la protección del entorno y la salud pública. En el año 2016, Sogama decide reforzar el transporte de residuos urbanos por tren y logra subir del 25% al 55-57% en 2025. Hasta el día de hoy la entidad ha transportado por ferrocarril 5.990.759 toneladas, evitando con ello que hubiesen circulado por la carretera 299.538 camiones. Se impulsa así un medio de transporte más respetuoso con el medio ambiente, con menor siniestralidad, con mayor sincronización horaria y menores molestias ciudadanas.
Visitas En el marco de la política de transparencia que caracteriza a esta empresa pública, el Complejo siempre ha tenido abiertas sus puertas para que los ciudadanos pudiesen conocer de primera mano su actividad. Por el mismo han pasado más de 86.500 visitas (desde escolares y universitarios hasta asociaciones, colectivos sociales, empresarios y delegaciones de comunidades españolas y de distintos países del mundo). |