Una rayo cae en una casa de Rianxo y revienta toda su instalación eléctrica

Maruja Romero se llevó a última hora de la tarde del martes el que posiblemente sea el mayor susto de sus casi 77 años de vida. Eran poco antes de las ocho y media cuando estaba acabando de cenar en una sala de su casa del lugar de A Burata, en la parroquia rianxeira de Taragoña, y se disponía a ver un informativo en la televisión. De repente, escuchó un fortísimo estruendo procedente de la fachada principal de su domicilio, y temió que fuera un coche que embistiera la puerta. Pero, pronto escuchó una explosión y un trueno, por lo que ya se percató de que un rayo había caído en su vivienda y había reventado toda la instalación eléctrica, además de otros desperfectos.

Recuerda que, en medio de la humareda y el fuerte olor a quemado, decidió salir a la calle para pedir ayuda, pero no había iluminación, estaba lloviendo y no encontró a nadie. Volvió a entrar en su casa y, pese a que estaba todo a oscuras, subió las escaleras para dirigirse al primer piso para ir a buscar la linterna y el teléfono móvil, y llamó a su cuñada para contarle lo que había pasado. Su interlocutora avisó seguidamente a la Policía Local, que acudió a comprobar lo ocurrido y, a través del 112, solicitó hacia las 21.25 horas la presencia de la dotación de guardia del parque comarcal de Bomberos de Boiro. De igual modo, también acudió el electricista municipal y operarios de la empresa suministradora de energía eléctrica para que adoptaran las medidas necesarias.

Aunque por la noche, pese a la oscuridad, se podían apreciar los daños causados por el rayo en la casa, con la primera luz del día de ayer la imagen era tremenda. “Nos dixeron que a instalación eléctrica estaba afectada, pero nunca pensamos que fose tanto. O máis importante é que a ela non lle pasou nada”. Pese a que les indicaron que el rayo había caído en el tejado, Maruja y su familia están convencidos que impactó en la caja de la acometida eléctrica de la fachada, pues fue allí donde ella escuchó el ruido inicial, y que salió por la buhardilla, concretamente por una ventana de la que rompieron los cristales, encontrándose sus restos en el exterior de la casa, y que aparecieron varios trozos de uralita del tejado a más de 30 metros de la casa.

Además de quemarse toda la instalación eléctrica, reventaron las lámparas, desprendiéndose varias hasta ir a parar al suelo, y rompió una mesa metálica con soporte de cristal y también afectó a la cocina. De igual modo, se podían apreciar numerosas grietas en la parte superior de las paredes de los pisos del inmueble por donde estaba desplegado el tendido el cableado eléctrico. De igual modo, se movieron varias tejas de la casa. Ante esa situación, Maruja Romero pasó la noche en casa de su hermano Vicente, aunque no pudo conciliar el sueño hasta pasadas las tres de la madrugada, y reconoció que “hoxe estou peor que onte”.