Una de las mayores aspiraciones del Concello de Cambados pasa por lograr la dotación de una residencia pública para mayores. Una demanda de toda la comarca que ha ganado más enteros si cabe con el cierre del asilo del Pazo de Montesacro, a finales del año pasado. Por ello, tras el anuncio en abril del presidente autonómico, Alfonso Rueda, de crear 24 nuevas residencias en ayuntamientos con menos de 50.000 habitantes, el Concello remitió una carta a la Xunta solicitando al gobierno gallego que Cambados fuera uno de los beneficiados de la medida. Una misiva que, cuatro meses después, todavía no ha sido contestada.
Pese a ello, el gobierno local ha mantenido ya conversaciones con propietarios de dos parcelas susceptibles para la construcción de una futura residencia. Fincas que están ya bajo el radar del Concello, aunque no realizará ningún movimiento hasta tener la “certeza” de que la Xunta acometerá dicha obra, según señaló el alcalde cambadés, Samuel Lago, para así asegurar que una vez llevada a cabo la inversión, la parcela comprada no quede sin un uso dotacional.
En cuanto a las características de las fincas barajadas, Lago indicó que una de ellas goza de mejor ubicación, pero su construcción se ve limitada por la área de influencia de un yacimiento; mientras que la segunda parcela se encuentra en una localización más alejada, pero sin limitaciones urbanísticas.
En cualquier caso, desde el ejecutivo tampoco descartan, de llegar el momento, poder sacar una especie de concurso público abierto la adquisición de una parcela, de forma que sean los propios propietarios los que ofrezcan sus terrenos tasados y, entre las propuestas, el Concello elija la que mejor se adapte.
Paralelamente a la búsqueda de parcelas, Lago recuerda que también existe la opción por parte de la Xunta de adquirir el Pazo de Montesacro, que “cunha mínima reforma” podría servir para albergar una residencia pública en la zona, según defiende el regidor. Hace cerca de dos años, en septiembre de 2023, el histórico inmueble se puso a la venta, inicialmente, por más de tres millones de euros. Un anuncio que cayó como una losa en Cambados. Así, 22 meses después, el pazo todavía no tiene comprador.
Así pues, el gobierno reitera la necesidad de la construcción de una residencia pública, aunque descarta de plano que dicha actuación la emprenda el Concello a través de la línea de ayudas del Plan de Investimentos para la construcción, reforma o ampliación de equipamientos sociales públicos municipales firmado entre el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade y la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp). Para lago, esta fórmula es “un caramelo envelenado”, que cargaría a la administración local “de máis competencias e gastos impropios”, algo que solo aceptaría “se se financia integramente”, tanto su construcción como la posterior gestión. Una vía que sí ve acaecida para una empresa privada, pero no para las administraciones, ahogadas ya con otros gastos.